babydoll ; jesús oviedo ♡

chapter 4✧˖°

Baby

Jueves

-Y este ejercicio se realiza así-el profesor Lee nos mira a todos- ¿lo habéis entendido?

Todos responden con un enfocado sí y yo me dedico a morder la tapa del boli atendiendo a cada explicación que suelta por la boca este hombre.
Miro el reloj y suspiro al ver que faltan 15 minutos para que termine la última clase de hoy.
Miro de reojo por la ventana y el coche de siempre sigue ahí.
¿Por qué no se va?

-Señorita Young-aclara su garganta el profesor.

Vuelvo a la realidad y miro al señor Lee.

-¿Sí?
-¿Qué es tan interesante allá afuera?
-Nada, profesor-mis mejillas se vuelven de un color rojizo en cuestión de segundos.
-Bien, sigamos.

Observo la mirada de todos mis compañeros en mi y bajo la cabeza algo humillada.
Momentos después, el timbre suena.
Recojo mis cosas y salgo por la puerta.
Espero a Darcy en la salida y al llegar me sonríe.

-Tía, necesito qué me acompañes a la librería.
-¿Qué? No, voy a llegar tarde a casa.
-Porfavor, Bæ.

La miro unos segundos y suspiro.

-Está bien.
-Vamos, será rápido.

Unos minutos de camino más tarde llegamos a un pequeño local algo alejado de mi barriada.
Darcy entra y yo la sigo.
Observo todos y cada uno de los libros perfectamente ordenados alfabéticamente en las estanterías mientras mi amiga se encarga de lo suyo.

-Ya está-me agarra del brazo y salimos.
-Es tarde, debería irme ya-recojo un mechón de mi pelo colocándolo atrás de mi oreja.
-Mañana nos vemos, te quiero-sonríe y me da dos besos.

Ha pasado una hora desde entonces.
Se me ha quitado el apetito y lo único que me apetece es un café.
Ojalá haya una cafetería por aquí cerca.
Camino a paso ligero y a lo lejos logro distinguir un gran cartel.
"El mesón de Austin"
Entro en el pequeño local llendo hasta la barra.

-¿Me pone un café para llevar, por favor?
-Claro.

El camarero comienza hacer mi pedido y yo me giro nerviosa apoyándome en la barra.
Un hombre de vestimenta completamente negra se encuentra justo a mi lado.
Noto por el rabillo del ojo cómo recorre mi pequeño cuerpo con su mirada, sin dejar ni un solo lugar sin inspeccionar.