Era una mañana cualquiera

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Caminaba a mi prestigiosa escuela, vaya porquería.. aunque no me puedo quejar, tiene todo lo que necesito.
Me topé con algunos chicos de mi clase vaya bola de estúpidos, hablaban de aburridos videojuegos y otras cosas, casi llegando a mi destino logré divisar a uno de mis amigos.
No quise correr a saludarle ya qué igual nos veríamos dentro de las instalaciones, escuche detrás mío alguien que corría muy deprisa. Era un chico con una cara de preocupación, supuse que llegaría tardé a clase ni siquiera me noto, siguió su rumbo. 

Al llegar a mi salón me senté en mi escritorio, al lado mío se sentó mi única y mejor amiga. Anna, quien me saludo como de costumbre.
-hoy me ocurrió algo muy extraño.-dijo Anna.
-¿Que ocurrió?- dije yo.
Antes de que Anna dijera algo el profesor entro al salón dando órdenes de que todos se callaran y se sentarán.
-más al rato hablamos- susurró Anna.
Pasaron las horas y por fin salimos de esa aburrida clase de biología.
Yo y Anna caminábamos juntas cuando me detuvo y me arrastró hacía unos arbustos.
-Es él- señaló a un chico.
-¿Quién es él?- respondí yo.
-Es el chico que me gusta- dijo un poco apenada.
-Deberías ir a hablarle- dije.
-¡¡No!!- contestó ella muy apenada.
-Ya sé- dije orgullosa de lo que se me había ocurrido- a la salida cuando esté sólo te le acercas.
Ella seguía negándose pero al final accedió.
Como lo planeamos a la salida lo seguimos.
-El caminó sólo después de despedirse de sus amigos. Dobló en una esquina
Y esa era la oportunidad de Anna para hablar con él.
Ella tomaría la otra ruta para encontrarse y tomar juntos el autobús.
Así Anna fue Solá por ese caminó, obviamente la seguí a escondidas para evitar que ella se pusiera nerviosa y lo arruinara. Me detuve en una esquina para poder escuchar lo que decían.
-cuándo de pronto escuche que alguien gritaba, y éra Anna. Rápidamente me acerqué al lugar y me encontré a Anna tirada en el suelo y frente a ella una rara criatura cuadrupeda devoraba al chico que  seguíamos.
Esa cosa, se percató de la presencia de nosotras dos. Sus ojos negros y profundos, su piel llena de granos con una sustancia blanca amarillenta que escurría de éstos. Se dirigió a Anna y con su gran hocico repleto de afilados y ensangrentados dientes se disponía a devorar a Anna.

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