El secuestro

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1ra parte
—acá estamos de nuevo en la estación 104.3 para brindarles de la mejor música, en este momento tenemos un invitado especial...—apagar.
—esto es demasiado aburrido.
Hola me llamo Elisa Martínez y soy una estudiante de preparatoria, vivo con mi madre Darma cuya persona no la miro 15 horas al día así que prácticamente estoy sola en casa, ella es doctora así que tiene mucho trabajo que hacer. Tengo un perrito llamado scrappy de 5 años de edad y dos amigas muy lindas llamadas Sofía y Mary, son un amor, cada fin de semana salimos a pasear por los alrededores para poder ver algo diferente en este pueblo ya que poco a poco lo están haciendo turístico.
—tono de llamada—.
—contestar—.
—¿si diga?.
Una voz un poco ronca dice.
—está Darma?.
—no, quien la llama?.
—¿quien eres tú?
—su hija, dígame con quien hablo.
—ya veo, marcaré luego.
Sonido sordo.
Miro rápidamente el número y se lo mando por correo a mi madre, ella no se percata del mensaje.
—escribiendo—.
—Me marcó este número y esa persona te estaba buscando, por favor llámame—.
Esto fué lo más extraño que me a pasado en esta semana, recibo una llamada casi anónima de un presunto hombre y mi madre no contesta el celular.
Me pierdo profundamente en mis pensamientos,tratando de descifrar esa voz que me preguntaba por mi madre, se me hacía algo conocida. Escucho el distante sonido el Tic Tac del reloj de la sala y los ladridos desesperantes de mi perro, escucho un toque que provenía de la puerta de la entrada, luego escucho otros tres seguidos. Toc toc toc.
Siento mi cuerpo estremecer y mi piel empieza a temblar, mis manos empiezan a sudar y mi cuerpo grita de desesperación, tengo un muy mal presentimiento.
Me acerco paso por paso hacia la entrada, al llegar a la puerta extiendo mi brazo para mover la perilla de la puerta, pero antes de poder llegar a ella escucho una voz masculina.
—señorita Martínez, somos federales, necesitamos hablar con usted...
Por alguna razón sentía un poco de alivio en ese momento, procedí a abrir la puerta lentamente,tragué un poco de saliva y observé a los dos hombres que estaban parados frente de la puerta.
—es sobre su madre,háganos el favor de pasar señorita Martínez.
Mis nervios regresaron a brote y mi cuerpo ya quería salir corriendo de allí sin escuchar ni una sola palabra de estos desconocidos, aun así, mi mente está confusa y algo inquietante, así que procedí a hablar con ellos.
—¿mi madre está bien?, ¿hay algún problema con ella?...
—me temo que si señorita...
Contesta uno de ellos sacando un sobre y una memoria portátil.
—puede que su madre sea víctima de un secuestro...
Completo silencio.
Así es como empezó todo, así es como mi vida empezó a cambiar poco a poco y mi carácter se esfumaba entre el oxígeno, en ese entonces yo no era nadie, no podía hacer nada y mi madre estaba en peligro. Me sentía miserable y alguien tan pequeño en ese momento, pero quise hacer lo posible y lo imposible por ella.

2 días antes
—mamá,te hice el desayuno... llévalo por si no tienes tiempo de comerlo aquí.
Mi madre estaba desesperada buscando algo en la sala donde están los cajones. No le di mucha importancia, y procedí a desayunar por que tenía escuela temprano ese día.
2 de febrero del 2017, recuerdo la fecha por que era el cumpleaños de mi padre.
—mi amor...
Se acerca a mi algo frustrada y me mira.
—¿no has agarrado un álbum viejo, hecho como un diario?
Se miraba preocupada.
—no mamá...
—oh bueno, entonces mañana lo buscaré.
Se tranquilizó un poco y procedió a guardar todo con rapidez, luego vio su reloj de mano y se sorprendió por la hora que marcaba el reloj.
—¡maldición! Se me hace tarde...
Toma su desayuno y me brinda un beso en la mejilla.
—cierras bien la puerta, por favor.
Sale de la casa.
Ese día se miraba muy ajetreada y desesperada, lamentablemente no pude preguntarle por qué.
—señorita...
—señori...
Regreso
—si dígame...
—usted sabe, ¿si su madre actuaba algo extraño?
Si, ella actuó sospechoso pero algo me dice que no diga nada, algo me dice que si abro la boca y no le doy rodeos a la situación, esto terminará en problemas y yo saldré perjudicada de algún modo. Me refiero que no sabré de mi madre por un tiempo hasta que ellos les de la gracia de decirme del supuesto paradero de ella, si es que llegan a saber algo. Si de algún modo cuento las cosas sospechosas que ella hacía estos últimos días, tal vez lo usen en contra de ella. Debo de ser paciente y dejar que ellos hagan el trabajo, lo siento mamá pero esto es muy sospechoso. Ellos llegaron de la nada y yo no recibí ninguna llamada del hospital, pienso que ésta gente viene por algo más y pienso que mi madre estaba escondiendo algo, espero que mis sospechas sean ciertas.
—disculpen...
—¿si?.
Contestan al unísono.
—necesito saber si el hospital los mando. ¿Tienen algún permiso?.
Debí pensarlo dos veces antes de abrir la bocota, ellos no eran federales y mi conciencia lo sabía pero no quise percatarme de la situación, en ese momento debí escapar pero era demasiado tarde.
—que.... es...tá pasan.....do...
—los siento Srta. Martínez, pero usted sabe demasiado.
Ellos me golpearon de tal grado que perdí la conciencia, mi cuerpo rígido y frío, fue trasladado a un lugar que jamás habría imaginado que existiera.

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