Capítulo 3

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Las risas de Miler se podían escuchar por todo el lugar, estaba decidido en lastimar a Tsuna, nadie lo podía detener sus ojos mostraban determinación.
Tsuna no podía hacer mucho, estaba inmovilizado igual no quería hacer algo, está dispuesto a morir en ese momento
Miller dió un gran paso hacia atrás, acomodando el arma para atacar al castaño frente a él,  alzó su cara para ver por última vez aquel cielo tan azul, tan tranquilizador, definitivamente podía morir si esa era su última vista.
Miles se impulsó para atravesar la piel de Tsuna con aquel objeto punzante, pasos, respiraciones agitadas, latidos incontrolables, adrenalina pura... Todo tipo de pensamiento y recuerdo
Todo eso pasó por la cabeza de Tsuna, recordó su primer día en la escuela el día en que todo se volvió un infierno para el, el día en que es idiota de Miller le había destruido la vida.
Pasos apresurados y risas interminables de parte de los chicos que lo sostenían retumbaban en sus oídos, mientras los pasos se acercaban más Tsuna solo aceptaba lo que estaba apunto de pasar.
Un dolor indescriptible lleno el cuerpo de Tsuna, al final Miller lo había hecho, al final Miller trato de acabar con su vida, un fuerte grito se escuchó en todo el lugar alertando a unas cuantas personas que pasaban llenando aquel callejón con murmullos y gritos de varias personas.
- ¡rápido, alguien llame a una ambulancia! Estarás bien Yoshi - una chica se acercó a él sacando su celular y escribiendo algo en el - ya viene la ambulancia.

- ky..¿Kyoko? - su vista se nublaba, un dolor interminable se apoderaba de su costado izquierdo, la sangre no tardó en salir por su boca escupiendo un poco en las ropas de la chica, Tsuna podía escuchar poco, estaba a punto de caer inconsciente pero antes pudo escuchar la voz de alguien, entre las voces de la multitud pudo escuchar una en particular. «demonios» solo escucho eso
- ja..ja... Ja - tosió un poco más de sangre - así es.... Demonios...

- ¿Sus signos vitales?
- cada vez son más débiles doctor
- rayos lo perdemos, mantén presión en la herida no podemos dejar que se desangre.

-¿Qui..enes... son? - «duele» su respiración era cada vez más pesada
- no te preocupes hijo ya casi llegamos al hospital
- ¿Hos...pi-hospital...? - «duele» su costado izquierdo segregaba sangre a más no poder
- así es, no te duermas ¿Esta bien?... Oh maldición oye oye quédate conmigo ¡No te duermas! - aquel joven paramédico gritaba intensamente, estaba tratando de mantener la calma y demostrarle a su compañera que no había nada de que preocuparse.
«Duele mucho...»
- duele... N-no... Veo... Due..le, due..le

Su conciencia se perdía a cada momento, los médicos hacían lo que podían, pero ellos sabían que no sobreviviría si no llegaban en ese preciso momento al hospital.

- señor lo perdemos - una voz femenina se escuchó con preocupación
- carajo sigue presionando, aplica Anti coagulantes necesitamos mantenerlo con vida
- ¡Señor ritmo cardíaco bajando, no sobreviviría el que hizo esto perforó un signo vital, se desangra! - el tono de preocupación en la chica aumentaba cada momento, no podían hacer más por aquel chico que estaba recostado en esa camilla con sábanas blancas que a cada segundo se pintaban más y más de un color carmesí.

(15 minutos antes)

Amón seguía fuera de la casa del chico esperando a su llamado, se ocupaba viendo a las personas pasar, escuchando los insultos de algunas personas peleando, sonidos de aves cantando, animales siendo... Humanos. Los humanos siento animales, ahhh un día normal en la tierra.
Todo iba de maravilla hasta que un agujero negro se abrió detrás de el  dejando ver a su amigo Seth
- oh Seth ¿Que tal? ¿Ya hiciste el pacto? - su mirada se llenó de alegría al ver la mano de su amigo quien tenía un corte y su muñeca estaba adornada por una pulsera color azul con sangre impregnada - ¡Jajaja lo conseguiste maldito! Sabía que lo harías
- jaja sí por fin lo hice pero... ¿Y tú chico? - dijo señalando una ventana de la casa que vigilaba Amón
- aún no llega del colegio probablemente "sus amigos" estén jugando con el de nuevo - una mueca se formó en sus labios dejando ver su molestia
- creo que deberías ir si algo le pasa a ese chico tendrás que regresar, no podemos estar tanto tiempo aquí, a menos que tengamos a un mortal con nosotros - Seth se acomodó en una rama cercana y se acostó en esta
- ah... Lo olvidé por completo... Creo que iré a buscarlo jaja - le brindó una ligera sonrisa a su amigo para después extender sus alas y salir a buscar a su proximo nuevo compañero.
- ¿Y dónde se supone que encontraré a ese mocoso? - sobrevolaba toda la ciudad esperando ver al chico elegido - esto tardará - al terminar vio a su elegido siendo acompañado por otros tres chicos a un callejón - Seth... jamás entenderé estos presentimientos tuyos... - Amón se mantuvo unos minutos viendo  el espectáculo, veía como aquellas bestias golpeaban al pequeño chico que  se mantenía inmovilizado - esto me está cansando... ahh - suspiro - no entiendo a los humanos, ¿Acaso es tan importante ejercer la ley del más fuerte? - sobrevoló el callejón creando una brisa pesada para todo aquel que se encontrará allí pero para Tsuna era una brisa placentera.
- ahh por favor solo déjenlo ¿No pueden ver que el chico no está poniendo resistencia? - decía desde lo alto de un edificio.
- o-oye eso no se ve bien... No... ¡Joder no! - Amón voló rápidamente hacia el callejón donde se encontraba Tsuna - ¡Aléjense de el! - grito Amón volando a toda velocidad hacía el chico que estaba de espaldas a el pasando a través de este - no... No no - no mueras pensaba Amón mientras estaba a un lado del cuerpo ensangrentado de Tsuna
- M-Miller... L-lo apuñalaste - dijo uno de sus compañeros
- N-no fue mi culpa... E-el se lo merecía... Y-yo solo... ¡Mierda! - Miller salió corriendo, sus acompañantes se miraron y al pensar lo que habían hecho corrieron justo detrás de su amigo.
- ¡No no no! Vamos amigo no quiero regresar con una alma al infierno - el demonio trato de presionar la herida pero era inútil, sus manos traspasaban la piel del chico - ¡Mierda! - maldecia Amón al no poder hacer nada con el cuerpo de aquel chico que yacía en el piso desangrándose, perdiendo a cada minuto su escencia.
- ¿S-sawada?... - una voz se escuchó a lo lejos - ¿Eres... Tú? Oh no... ¡Una ambulancia por favor! - gritaba la chica de cabellos castaños - ¡Alguien por favor! - ante sus gritos la gente comenzaba a reunirse murmurando y gritando por la escena que sus ojos presenciaban
- ¡Ayúdalo! - Amón le gritó a la chica quien con manos temblorosas tomaba su celular y marcaba un número
- no te preocupes chico ya viene la ayuda - Amón volvió a presionar la herida pero para su sorpresa ahora era capaz de tocar al chico - estás muriendo... ¡Demonios! - grito Amón extendiendo sus alas formando una ventisca
- ja... Ja.. ja... - Tsuna apenas y podía articular una palabra sin que tuviera que toser algo de sangre - así es... Demonios...
Y cayó rendido en el frío piso con esa escencia vital que seguía dejando su cuerpo
- me escucha - dijo Amón en un murmuro - malditos humanos... - una sirena se escuchaba cada vez más cerca anunciando la llegada de la posible última oportunidad de vida del castaño
- ¡Abran paso! - Gritaban dos chicos que llevaban consigo una camilla. Acomodaron a Tsuna en esta y rápidamente lo subieron a la ambulancia.
Entre gritos y palabras motivacionales hacia Tsuna, Amón solo pudo escuchar
- ¡Señor lo perdemos!
- ¿Qué? No no no puede morir... Es mi única oportunidad de estar aquí... ¡No quiero volver al infierno!

Mi demonio y yo [KHR] 2727 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora