Mi demonio y yo [KHR] 2727

Capítulo 10 - sky in the hell-

El demonio miro al castaño con grandes ojos, asombrado por lo que había dicho.
- Tsuna ¿Estas loco? - dijo alzando la voz, vamos ambos saben que esa no es buena idea - Ese tipo es un maníaco, ¡La última vez que se encontraron casi te mata! - se levantó del piso, acercándose con una aura amenazante hacia Tsuna.

- esa vez fue diferente, no quería seguir con sus abusos ni con mi miserable vida - apartó la mirada del demonio - esta vez tengo una razón por la cual vivir - miro determinado a Amón, quien ahora estaba sentado en la cama, oprimiendo su sien con una mano.

- déjame ver si entiendo... - dio una corta pausa, seguido de un gran suspiro - quieres volver a encontrarte con ese idiota - tsuna asintió con la cabeza - Sabiendo que esta vez puede matarte de verdad... ¡Porque es un jodido sociopata!

Amón alzó la voz, pero Tsuna no se inmutó, el no le tiene miedo al demonio, las miradas retadoras que siempre le da dan a entender que sus intentos de asustar al menor son inútiles
- Tsuna, estoy de acuerdo con la venganza, pero si ese tipo está involucrado - dijo pasando una mano detrás de su cabeza mostrando su disconformidad
- no - dijo seco - no te dejare hacer esto - se dio la media vuelta esperando alguna replica del castaño.

Su sorpresa fue que no escucho ni un sonido del joven que lo miraba atento, sin expresión alguna en su cara, simplemente lo miraba con esos grandes ojos marrones cuales desbordaban determinación.

- Amón, necesito tu ayuda para esto - dijo por fin el castaño - tú serás la clave para esta venganza, no puedo hacerlo sin ti - dio unos cuantos pasos acercándose al demonio lentamente - soy un simple humano, y tú uno de los 7 jefes en el inframundo, no puedo comparar mis habilidades con las tuyas - si es que tiene pensó tsuna

Amón prestaba atención a todo lo que decía el pequeño, pero no dejaba de darle la espalda, simplemente quería seguir escuchando como lo llenaba de halagos Tsuna.

Una pequeña risa salió de sus labios, lo suficientemente fuerte para que su compañero lo notará, en esos momentos Tsuna sonrió sabía que su plan estaba funcionando, ¿Y como no iba a funcionar? Si tiene de compañero al demonio más egocéntrico del inframundo, manejar a personas o 'cosas' como Amón, era pan comido para él.

Era hora de poner la última parte de la actuación en acción, lo sabía, no quería prolongar más esa humillacion, sí era humillante hecharle tantas flores a alguien, Tsuna no era ese tipo de persona, hacer eso lo molesta mucho, pero aprendió a controlar sus miles de emociones porque en este mundo...

Vamos, hay que ser un lame botas si quieres conseguir algo de alguien.
Tsuna se alejó a paso lento de Amón, este al notar al castaño alejarse resignado, dio la vuelta rápidamente con una sonrisa burlesca en su rostro, mostrando descaradamente su felicidad

Tsuna por otra parte trataba de ocultar su cara de asco y molestia
- ¿Porque ríes? - dijo Tsuna, fingiendo molestia.
- sabes que soy genial - alegó el demonio poniendo un dedo debajo de su nariz mostrando superioridad. Según él.

- eres un demonio, tienes poderes y... Prácticamente no eres humano - contesto Tsuna con una cara un tanto triste. Pero qué buena actuación, diablos de verdad se ha vuelto bueno en eso - como no pensar eso.

El demonio aún con su gran sonrisa seguía aceptando todos los elogios del castaño, amaba la atención no podía negar lo.
- está bien - dijo volando hacia la silla donde estaba Tsuna, sentándose recto - te ayudaré - dijo animado - pero solo tengo una condición. - ¿Ahora que? pensó Tsuna - ese tipo Miler, es un idiota impulsivo, si la situacion se te va de las manos, yo seré el que esta vez interfiera - los ojos de Amón se notaban fríos, era una mirada afilada y muerta, dándole un ligero escalofrío a Tsuna, quien sonrió para dentro pero que interesante criatura tengo pensó mostrando una mirada sería e igual de afilada.
- está bien, has aceptado en ayudarme, no puedes retractarte - fue lo único que dijo para después acercarse a la puerta de la habitación - muero por ver esa terquedad en acción - salió de su habitación dejando al demonio asombrado por el cambio repentino que tuvo.