Capítulo III: Primeras Decisiones

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Buenas noches, lectores. Espero que hayan pasado el Año Nuevo de la mejor forma y les deseo lo mejor, atrasadamente.

Como sabrán, quienes leyeron el capítulo anterior, la historia va a ser en un formato poco convencional; el público puede hacer elecciones sobre cómo se desenvolverá el fanfic.

Sin embargo, a quienes criticaron esta decisión de mi parte, les debo hacer hincapié en lo escrito como acotación en el capítulo anterior; las rutas las decido yo y, sin importar el resultado, escribiré y publicaré todos los desenlaces. Esta explicación estaba al final. Así que, si no pudieron leerlo, ahora lo podrán hacer.

Vamos al grano, porque ahora las cosas se pondrán buenas.

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Dimensión B72-JXA.

Elección 1A.

Lane calló por unos instantes, pensando si debía exteriorizar su incomodidad o callársela. Luego, intentó razonar cómo decirla.

—Lu... Luna... este... ¿no... no te incomoda... dormir... conmigo... en el mismo cuarto...?

—¿A qué te refieres, viejito? Dormiremos en camas separadas, Lane. Nada grave...

Luna se sentó al lado del bromista, dejando sus piernas en contacto con las de él. Lane apenas podía disimular su erección.

—Es que... Luna... No sé cómo de... decirte esto... Pero...

—Vamos, viejo. Dime qué te pasa... No muerdo.

Animado con una sonrisa y un guiño por parte de ella, Lane dijo:

—Luna... me quedaría más tranquilo si usases un corpiño debajo de esa remera. Pero sé que no lo llevas puesto...

La sonrisa de la rockera se ensanchó más. Luego, dirigió su mirada a la entrepierna del muchacho. Esos pantaloncillos no eran apretados, pero sí se notaba la turgencia debajo del cierre.

Entonces, ella preguntó:

—Lane... yo te seré honesta si tú me eres honesto conmigo... ¿vas comando a todas partes?

—¿Por... por qué me haces esa pregunta...?

El muchacho sudaba. Y su erección se endurecía más.

—Bueno... Solo digamos que...

Acercó su boca a su oreja. Susurró:

—Podemos satisfacernos mutuamente, Laneyboy...

Acto seguido, mordió el lóbulo de su oreja.

«Bueno... ya dejé manifiesto lo que deseaba hacer... ¿Qué pierdo haciendo esto...?»

Se quitó sus pantaloncillos. Luna quedó atónita por la vista; su verga cayó elásticamente sobre el edredón. Y no era pequeña en ese estado, para los estándares de la muchacha. Sus piernas eran sumamente enclenques, apenas con pelo. Lo mismo iba para su región púbica.

—Vieeejo... Déjame...

Se levantó brevemente a cerrar la puerta del dormitorio. La luz del pasillo estaba apagada, lo cual significaba que sus hermanos ya habían ido a dormir, sin siquiera importunarlos en lo que harían...

Pero los muros de esa desvencijada casa eran sumamente finos. Así que Luna gesticuló a Lane que fuera silencioso; su solitario dedo sobre sus labios fue suficiente para que él entendiese como procederían, gesticulando él la boca abrochada con una cremallera.

Antes de llegar a la cama, ella se deshizo de su remera, dejando su pecho a la merced de la luz y de la atenta mirada del muchacho.

Los pequeños pechos de la jovencita eran firmes, asemejándose a conos. Los pezones, rodeados por irregulares pecas -al igual que la base-, estaban perforados con barra, adornadas estas con pequeñas bolitas de ametista. El ombligo también tenía un piercing, aunque este era una gema colgando sobre su vejiga.

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⏰ Última actualización: Jan 07, 2018 ⏰

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