Pages n' Ink [Mello x Near]

Capítulo XIII

[Narra Beyond]

Casi era el horario del almuerzo y, desde la mañana que no encuentro a ese pequeño albino. Tal vez te preguntes porqué lo estoy buscando... Es que, necesito contarle muchas cosas. Y también, visitar la tumba de Alex.

Si, somos como "amigas" más que amigos. A veces parecemos mujeres contándonos secretos o hablando por lo bajo, pero, no creo que eso tenga género.

Debía comentarle lo que estaba sucediendo. No quiero adelantarme, porque incluso me duele mucho y extraño a Alexander pero... Creo que, tal vez, debería ya soltarlo y encontrar a alguien más.

Alguien que sea realmente estable, que haga las cosas bien. Al que pueda permitirle el paso.

Me caminé los 3 edificios completos. Recorrí gran parte del parque y nunca logré encontrar a esa pequeña bola de nieve. Decidí dejarlo en paz y directamente, ir por mi propia cuenta a visitarlo.

Era algo difícil. No, era demasiado difícil. ¿Sabes lo que es estar con alguien mucho tiempo y amarlo tanto que si lo soltaras no tendrías mas ganas de vivir?, ¿convivir con una persona que te alegraba todos los días? Y que incluso, él estando peor que tú, demostraba lo mejor de el...

Hay muchas cosas de las que me arrepiento. Una, haberme quejado de lo mas mínimo en mi vida, cuando el que estaba al lado mío, llevaba situación mejor de lo que yo lo hacía y su situación era mas grave. Dos, no haber aprovechado suficiente el tiempo y haberle aceptado cualquier tipo de salida por mas peligrosa que sea y tres... Nunca darme cuenta de lo que te pasaba, amado mío.

Nunca pensé que estabas triste. Nunca pensé que tú estabas devastado, que estabas tan cansado de la vida que deseabas irte. Nunca creí que en tu cabeza, pasaban esas ideas terribles, suicidas. Y la verdad, nunca creí que, a lo que a mí me daba orgullo y sería todo un exito, a ti, te lastimaba lo más profundo de tu alma.

Caminé arrastrando mis pies por un camino de tierra, hasta unas rejas negras todas oxidadas. Había llegado al cementerio del orfanato.

En el gran trayecto de este orfanato, habían pasado muchos niños. Eramos de todo tipo, pero siempre nos caracterizaba esa gran inteligencia. Por desgracia, esos niños tal vez eran traídos con enfermedades y ciertas discapacidades que los llevaron a la muerte. Pero... El único que había atentado contra su vida había sido Alexander. Él siempre era único en muchas cosas, incluso en su forma de muerte.

Abrí esa sucia reja y me adentré en el cementerio.

Habían muchas tumbas y lápidas. Algunas tenían mas decoraciones que otras. O tal vez tenían más flores. Habían estatuas que los representaban. Eran exageradas pero... Eran muy diferentes a la de Alex. La de él, estaba completamente vacía. Solo habían rosas carmín de mi parte que rodeaban todo su sector.

Me senté a un costado de la tumba y ahí permanecí en silencio. Fue uno tan melancólico, pero a la vez, agradable.

- Cuanto tiempo, Alexander... ¿Cómo has estado? - acaricié la lápida por un momento- Perdóname, sé que no te traje rosas pero... No habían dé color carmín. En el jardín abundan rosas amarillas y no creo que sea mucho de tu agrado. ¿Sabes? Te debo de decir algo. Prométeme que no estaras celoso ni mucho menos te pondrás mal porque nadie ocupa un lugar tan especial como tú en mi corazón. Quiero conocer a alguien nuevo...No hablaré mucho de él pero siento que, de alguna forma, llene este pequeño vacío que siento. Pero, espera. No creas que va a ser como tú. Porque nadie te puede igualar. Tampoco deseo que sea como tú. A pesar de que te quiero, yo no puedo pasar otra situación similar como la tuya...

Me recoste en al lado de la tumba y cerré mis ojos. Le hablé bastante por mucho tiempo. Más que nada, de lo que estaba pasando con Near y Mello. Yo pienso que el debe estar contento con eso, siempre quería ver a los de su alrededor felices. También le hablé de Matt. Incluso imaginé las escenas de celos típicos que el me hacía. Dios, Alexander, ¿Tanto puedo extrañarte? No puedo evitar aferrarme a ti. Eras tan bueno...