Camine un par de cuadras mientras Moka no dejaba de repetir.
-''Un chico tonto''-no podía dar ligeras risas al aire, primera vez que esa gallina verde tenía razón. Abrí la tienda y saque algunas flores a los cálidos rayos del sol, estuve regando las flores cuando llego la primera clienta.
-________, siempre tan activa desde temprano, ¿Qué tal esta Moka?-decía buscando al periquito entre las flores, pero este siempre juega a las escondidas con la joven maestra.
-Vengo por un ramo de flores, es cumpleaños de nuestra directora y me gustaría algo lindo para agradecerle por muchas cosas ¿Cuáles crees que sean las mejores?
-Entre estas flores, aquellas simbolizan agradecimiento, pero nuestras favoritas son las rosas rosas, y las gerberas que siempre dan como resultado un ramo alegre y lleno de vitalidad perfecto para dar las gracias.-le decía a la joven mientras le armaba un ramo de color rosas, cuando Moka apareció y se coloco en mi hombro.
-''Hay un hombre en esa casa''-la maestra me miro confundida sin saber si reír o preguntar
-Las novelas turcas de mi vecina-dije nerviosa
-Ya veo-asintió nerviosa, la joven me pago y le dejo algunas galletas a Moka y se marcho, pocos minutos después entro aquel hombre.
-Señor Lee, ¿Qué lo trae por aquí?-dije limpiando mis manos.
-''Que asqueroso olor''-grito Moka poniéndose en mi hombro, el señor Lee dio una risa y quiso acariciar a Moka pero este le soltó un picotazo y dijo
-''¡Vete!''-y salió volando al otro lado de la florería, me disculpe por el comportamiento de aquel perico maleducado
-Lo lamento mi vecina ve muchas novelas y es lo único que decide aprender-mire avergonzada a la gallina verde que seguía comiendo sus galletas en el mostrador.
-No te disculpes cuando era un niño mi familia solía tener uno y siempre te maldecía, esto no es nada-decía el entre risas, le ofrecí una silla y algo de té de jazmín, aquel hombre se sentó con toda la paz del mundo y miro aquel lugar con una sonrisa.
-Que agradable trabajar en algo como esto, mi oficina siempre huele a tinta, papel y café-di una ligera risa y di un sorbo a mi té
-________, iré al grano y te diré el motivo de mi visita, quiero proponerte algo, quizás salga de tus ideas pero por eso vine a casa de tu padre y especialmente a verte a ti.
-Soy toda oídos, dígame-dije atenta aquel hombre que sostenía firmemente la taza.
-Mi hijo es un chico...bueno como ya lo viste maleducado y desagradecido, tu padre habla mucho acerca de ti y ,me gustaría que fueras su mano derecha, ese chico heredara mi compañía pero para nuestra empresa se necesita un líder no un jefe, quiero que tenga los pies en la tierra, porque es un chico que no sabe apreciar el trabajo además que no sabe hacer nada, he contratado gente para darle apoyo pero el les termina dando dinero o sus autos y se deshace de ellos fácilmente, tu padre me comento que tu tienes un carácter fuerte y eso quiero, manejarlo con mano dura.
-¿Mi padre dijo eso?-dije asombrada de aquel hombre de pocas palabras
-A cambio te pagare y ampliaremos la tienda de tu madre...le ofrecí a tu padre un departamento cerca de la compañía pero me comento que tienen muchos recuerdos en aquella casa-Asentí sin decir palabra alguna, fue una sorpresa que me cayo como agua fría.
-Se que fue una sorpresa mi visita y su motivo, pero me gustaría que lo pensaras y si puedo hacer algo por ti o tu padre, este es mi número-me dio una tarjeta de negocios con su número, se levanto y dio un gran suspiro, me miro con una sonrisa y se despidió de una forma melancólica. La esposa del señor Lee había fallecido unos años después que mi madre pero yo desconocía la existencia de su hijo, quizás por eso necesitaba algo de ayuda, ¿sería bueno ayudar al sr. Lee?...me encantaría ampliar y renovar la florería y ese dinero me ayudaría para la universidad.