Capítulo 3

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A la mañana siguiente me levanté temprano para ir a la playa, quería surfear sin que mi hermano me molestara y el único momento cuando podía hacerlo era temprano, ya que él no se levantaría hasta las doce.

Me dirigía a la playa cuando le vi. El mayor gilipollas del mundo. Chris Collins.

-Wow Lexi cada verano estás mejor. -dijo mirándome de arriba a abajo.

El seguía exactamente igual, con sus ojos azules, el pelo rubio que tapaba parte de su frente y esa sonrisa de superioridad que siempre llevaba.

-No puedo decir lo mismo de ti... -dije mientras cambia de dirección. -Deja de llamarme así y simplemente vete.

Christian había sido mi primer todo, mi primer beso, mi primer novio, mi primera vez, mi primer engaño, mis primeros lloros, mi primer error.

-¿No te gusta, Lexi? - dijo mientras se acercaba. Yo le empuje para que se alejara pero él era más fuerte que yo.

-Déjala en paz Christian. - me giré y allí estaba Dylan. Rodé los ojos, reunión de gilipollas, genial.

Christian dedicó una mirada de odio a Dylan. Nunca llegaré a entender que es lo que pasó entre ellos. Eran inseparables y un día dejaron de hablar, Dylan no quiso contármelo nunca. Ahora simplemente no podían ni verse.

-¿Tengo que repetirlo? - dijo Dylan y sorprendentemente Christian cogió su tabla y se fue.

-Gracias- susurré.

-No puedo creerlo- le miré extrañada. - La mismísima Alexa dando las gracias.

Yo rodé los ojos y le empujé suavemente.

-No te acostumbres- sonreí.

-Si vas a sonreír así cada vez que haga algo bueno creo que voy a empezar a hacerlo más a menudo.

No pude evitar sonrojarme por su comentario, pero en cuanto me di cuenta de la reacción que estaba teniendo intenté disimularlo.

-¿Qué haces aquí? Pensaba que estabas durmiendo aún. -dije intentando cambiar de tema.

-Te oí irte, puede que a Cam no lo despierte nada pero a mi si. Y haces demasiado ruido. -sonrió mientras me miraba fijamente y se formaba un incómodo silencio entre nosotros.

-¿Vamos o piensas quedarte aquí parado? - dije mientras echaba a correr hacía el agua con mi tabla.

Pasaron horas pero no salimos del agua. Aunque fuera extraño me lo estaba pasando bien. Dylan resultó ser buena compañía y no se metió conmigo mucho, lo que es raro en él. Oí unos gritos y me giré para ver a Cam en la orilla.

-Me encanta ver que hacéis planes sin mi. Os quiero taaaanto... -dijo con una sonrisa falsa.- Ahora mover vuestros estúpidos traseros y venir porque aunque no os lo merezcáis os he hecho la comida.

***

-Adiós cariño- dijo mi madre mientras besaba mi frente. - Contrólalos que aquí eres la única que sabe como mantenerlos a raya.

Al fin llegaba el mejor mes de todo el año. Mis padres y los de Dylan se iban de viaje. Es su tradición, cada verano se van un mes lejos de nosotros. Antes nos dejaban con mi abuela pero hace dos años les convencimos para que nos dejaran solos. Estuvieron durante una interminable media hora despidiéndose y diciéndonos lo que debíamos hacer o no. Nosotros solo queríamos que se fueran pero parecía que ellos no tenían ninguna intención de hacerlo. Finalmente marcharon y yo me dirigí al sofá tan pronto como oí el coche marchar.

-Al fin se van. -dijo Dylan tirándose en el sofá de al lado. - Tenía ganas de organizar una de nuestras fiestas.

Cam se tiró encima suyo mientras gritaba como un gilipollas.

-Hacer todas las que queráis pero no contéis conmigo al día siguiente para limpiar. -siempre me tocaba a mi porque era la única que no se levantaba con dolor de cabeza por la resaca del día anterior.

Cam abrió la boca para decir algo pero sonó el timbre.

-Ya voy yo. -dije después de ver como me miraban los dos.

Corrí hacía la puerta y al abrirla me encontré con él. Estaba apoyado en una de las columnas y sonreía de medio lado, tenía su pelo ligeramente despeinado y estaba precioso. Sin pensármelo me tiré a sus brazos.

***

Nuestro último verano. (editing)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora