Capítulo 9

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Es normal, siempre me metía donde no debía estar. ¿Quién me había pedido venir aquí a buscar una bebida? . Mi sexto sentido para los problemas me había traído, y aquí estaba, parada delante de una loca guarrilla gritándome por quien sabe qué.

-Así que por favor no vuelvas a poner los ojos en mi chico porque por algo es mío. -me reí, ni siquiera sabía de quien me estaba hablando y tenía que aguantarla borracha mientras me reñía. - No te rías de mi, no sabes con quien te estás metiendo. -dijo levantando un poco más, si era posible, el tono de voz mientras se acercaba aún más a mi.

Gracias a Dios llegaron dos putitas más, supongo que sus amigas, a intentar llevársela mientras le decían quien sabe que sobre mi para convencerla.

Noté a alguien que me agarraba de la mano y me encontré con Christian. Gracias, ahora por favor que se la lleve.

-Por favor Alex.- dijo Chris haciendo un esfuerzo, era evidente que no estaba muy sobrio.- Tienes que dejarme hablar contigo, dame solo cinco minutos, si quieres después puedes irte, solo neces...

-Está bien. -respondí cortante.

-¿Qué? ¿Ya está? ¿Vas a venir? -parecía que todo el efecto del alcohol había desaparecido de golpe.

-Tus cinco minutos empiezan ya... - dije mientras reía por su reacción, en realidad lo único que quería era alejarme de esa guarrilla. La cual ahora mismo me estaba mirando mientras se acercaba de nuevo. Genial.

-Acuerdate de esto rubita, para tu desgracia nos volveremos a ver. - dijo mientras se marchaba con las otras dos detrás de ella.

-Eso ha sonado como una amenaza. -rió Chris.

-No, una amenaza debería haberme asustado. ¿Vamos?

Chris asintió y me llevo fuera de la cocina. Cada vez parecía haber más gente y él no paraba de saludar a todo el mundo. Al cabo de lo que pareció una eternidad salimos por una puerta que daba a un patio trasero. Era pequeño y tenia un par de sofás en una esquina, no había nadie más a parte de nosotros. ¿De quién demonios era esta casa y porque Chris la conocía tan bien?

Chris me señaló hacia los sofás con la cabeza, yo dudé y vi como el daba dos pasos hacia esa dirección mientras yo me quedaba parada mirándole. Realmente me había gustado y mucho, todavía me dolía el pensar que él me había engañado.

-Christian dijiste solo cinco minutos, creo que no es necesario sentarse.

Esa sonrisita suya desapareció pero volvió rápidamente mientras se pasaba la mano por el pelo y volvía a acercarse a mi.

-Alex, se que no debería haber hecho lo que hice pero...

-Puedes decirlo Chris, los dos lo sabemos, me engañaste. Me pasé toda la semana llorando porque tu ibas a estar fuera y habíamos acabado enfadados. Toda la jodida semana estuve preocupada mientras tu te estabas tirando a otra, y no cualquiera, estuviste con Chelsea...

-Pensé que habíamos roto Alex, estaba demasiado ebrio y ella había estado persiguiéndome toda la semana. -Yo ni siquiera le escuchaba, estaba demasiado enfada, desde que cortamos nunca habíamos vuelto a hablar de este tema y estar hablándolo ahora con él no me dejaba pensar con claridad.

-Cuando me diste el collar pensé que lo habías hecho porque me habías echado de menos y querías que hiciéramos las paces... Lo hiciste solo porque te sentías mal. Habías engañado a tu tonta novia y estabas arrepentido. -dije con rencor.

-Alexa te pediré perdón mil veces más si me dices que va a funcionar. Maldita sea, haré lo que sea si me dices que funcionará.

Él me miró y yo me quedé callada, baje mi mirada a mis zapatos. Al oírle suspirar le volví a mirar.

Nuestro último verano. (editing)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora