En busca del princeso durmiente

Cambiando carruaje

Los personajes de Boku No Hero Academia no me pertenecen, solo el amor que les tengo.

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Ya había eliminado a dos contendientes, pero se quedaba atrás. Los vientos que creaba su competidor no solo le apuraban el paso, sino que atrasaban el suyo.

Necesitaba algo, algo devastador para poder superarlo. Miró a su izquierda y por pura casualidad se encontró con la vista del domador de bestias, Bakugou Katsuki. Que se encontraba acompañado de la forma humana de su mascota mas poderosa, que hacía relucir sus afilados dientes con una dulce sonrisa.

— ¿Cuánto por la bestia? —dijo bajándose del caballo y dirigiéndose a ambos hombres.

— No está a la venta —se apuró a decir, mientras el otro se apoyaba con confianza en el tronco de un árbol.

— ¿Ahora? —dijo tirando al suelo monedas de oro.

— No esta a la venta —la chica sonrió ante la respuesta y bajo la armadura que tapaba su pecho, dejando caer de este, a medida que lo creaba, una cascada de monedas de oro. Que Bakugou no podía dejar de ver con brillo en sus ojos.

— ¿Ahora? —dijo la chica frente a la pila de monedas, mientras cubría su pecho.

Bakugou tembloroso, puso su mano sobre el hombro de su bestia.

— Solo bájate los pantalones, inclínate y déjate a su merced —susurró en su oído, para después lanzarse sobre el oro.

El pelirrojo levantó la mirada aterrado hacia su nueva ama, y los juguetes sexuales que rebalsaban en su equipaje.

— No confundas —comenzó la mujer— no es tu culo el que yo deseo. Esto es solo un mero alquiler —señalo hacia la torre, que ante la destrucción hecha por el viento, quedaba a la vista. Aún lejos para ella, pero no tanto para su contrincante —debes llevarme hacia el bello princeso durmiente en el piso mas alto.

El pelirrojo sonrió y afirmó con la cabeza, para luego convertirse en el gran dragón que apuraría su viaje.