°• Odio a los niños •°

889 126 16
                                    




Después de que la castaña le obligara a quedarse en un parque cerca de su Universidad, Katsuki Bakugō no había dejado de maldecir y refunfuñar. Su problema era obvio: no hay nada que más moleste a un ser que es, se siente y se cree poderoso, verse reducido a una figura débil e inmadura.

¡Es una jodida mierda! Pero aún así, ahí estaba, sentado en una banca en el parque esperando por ella.

-¿Por qué demoran tanto las clases? -Seguía refunfuñando mientras se acomodaba sobre la banca en posición de loto y apoyaba sus codos en las rodillas para afirmar, con sus manos, la cabeza.- Hacerme esperar aquí como si fuese un animal... Esto es lo peor... Odio a los niños. -Terminó murmurando con veneno.

En eso, un grupo de niños que jugaba ahí les llamó la atención ver a un chico de su edad solo y sin jugar en ese enorme parque. Se le acercaron y le quedaron viendo con curiosidad, cuando el demonio los notó su ira aumentó considerablemente.

-¡¿Qué ven?! ¡Largo de aquí, mocosos! ¡Esto no es un zoológico o alguna mierda de esas! -Les gritó intentando espantarlos, pero los niños parecían querer acercarse más a él.- ... -Ya con casi explotándole una vena, tuvo un pequeño lapso de meditación, si los mocosos querían seguir mirando como si fuese un animal en exhibición, entonces les daría mostrar algo interesante para que ahora miraran con ganas. Abrió lentamente la boca y, sin emitir sonido alguno, hizo crecer sus caninos de tal forma que estos casi le tocaban el mentón, mientras que su lengua viperina se alargaba y retorcía, y sus ojos se afilaban y destellaban cual viva llama infernal.

Bien, esperaba que con eso fuese suficiente para espantarlos y hacer que su humor mejorara un poco ante la "meta cumplida": Asustar a unos niños teniendo una apariencia débil e inútil. Seh~ Sería bueno para su ego y orgullo.

Pero grande fue su sorpresa al notar que los niños le miraban sorprendidos y poco a poco un brillo de admiración comenzó a crecer en ellos.

-¡Woooh! ¡¿Cómo hiciste eso?!

-¡Otra vez! ¡Por favor, hazlo otra vez!

-¡¡Qué genial!! ¡¿Puedes hacerlo otra vez?!

Gritaban los niños emocionados casi sobre él, poniéndolo más y más nervioso.

Era definitivo, odiaba a los niños porque también podían ser algo aterradores.

____________"ψ(`∇')ψ____________

Notas de la escritora:

Feliz nuevo año~ No sé si lo dije antes...

Bueno, esta app me ha hecho pasar tantas rabias que estoy pensando en mudarme...

Pero lo que me impide hacerlo es mi flojera.. Así que es posible que no lo haga :v

Soy la peor xD

Nos leemos, bye~

Satán y la chicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora