Satán y la chica

°• ¡Odio la lluvia! •°

El día recién comenzaba y casi no había luz solar afuera, si no fuese por la alarma del despertador, Ochako pensaría que es aun de noche. Y, la verdad, pocas ganas le daban de levantarse, estaba abrigada y cálida en su cama, y el sonido de la lluvia le causaba más sueño.

¡Si tan sólo no fuese un día de semana!

Perezosamente se levantó y restregó sus ojos para luego estirar sus músculos, se destapó y fue al baño para asearse y así iniciar correctamente su día. Aunque prefiriese seguir dormida y cálida en cama.

El demonio estaba frente a la tv, viendo las "idioteces que sólo los humanos podían hacer y disfrutar de ver". Le agradaban los días de lluvia, pero sólo la lluvia de sangre que él suele provocar en su hogar. La lluvia de la tierra era incolora, totalmente aburrida por ser provocada de manera natural y fría.

¡Totalmente desagradable!

Se reacomodó en el sofá, se estiró los músculos y abrazó un cojín. Quizás odiaba los días de lluvia porque le daba flojera hace algo, pero tampoco dejaría que fuese así todo el maldito día. Esperaría a que ella saliera de ese cuartito, al que la muy maldita le prohibió entrar, y molestarla un poco, quizás.

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—¡Oh, Deus! ¡Hace tanto frío! —Se quejaba Ochako, metida de cabeza en su ropero.— ¡No tengo nada que me sirva para el frío! —Sacaba y sacaba prendas de los cajones y las tiraba "en dirección a su cama".— Mmh...

—Oi. —Lamentablemente, Katsuki Bakugō se puso en el camino de toda aquella ropa, atrapando con sus largos cuernos un par de sostenes negros, unas bragas rojas con franjas blancas y una polera verde.

—¿Quizás, éste polerón? —Tomó un polerón negro y de franjas naranjas, su favorito, pero es un poco delgado.— Mmh... Nop.

—OI. —Le volvió a llamar, aguantándose las ganas de explotar.— ¡DISCULPA, pero no soy tu jodido perchero! —Se quitó las prendas y las lanzó por ahí.— Sólo ponte algo y ya. Además, todos son horribles.

—¿Qué quieres decir con horribles? Gasté mucho dinero en ellas... —Reclamó ella un poco ofendida.

—Luce como si te hubieran estafado, cariño. —Miró sus uñas y le volvió la mirada arrogante.

—¡Augh! —Infló sus cachetes en un puchero.— ¡Estás siendo muy malo a propósito!

—Sí... —Ensanchó su sonrisa arrogante y algo divertida.— eso es lo mío.

Ochako se removió incómoda en su lugar, era injusto que este suje- demonio siempre tuviese una respuesta para todo y ella se quedara, a veces, sin saber que decirle. Bajó su mirada y miró sus prendas. A ella le gustaban, no habían sido una estafa, y siempre le decían que ellas lucían bien en ella.

Una idea cruzó su mente y miró al demonio, volvió su mirada a las prendas y otra vez al demonio. Lo pensó un poco y luego rió bajito.

—¿Sabes? Eres muy exigente como para ser alguien que debe de ponerse la ropa de mi padre. —Su sonrisa se agrandó y su risa se hizo más fuerte al ver el cambio en la expresión de Katsuki.

—¿Qué dijiste?

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¡Al fin había salido! Le había costado mucho encontrar las prendas apropiadas para salir con un clima tan frío como el de hoy, además le había costado un infierno que el demonio se pusiera las ropas que tenía de su padre.

—¡Me encanta la lluvia! —Gritaba feliz, mientras iba a comprar un desayuno decente, bajo el paraguas que sujetaba Katsuki con cara de total fastidio.— ¿Y a ti?

De alguna manera pudo sentir el tono de burla en la voz de ella. Podía escuchar sus pensamientos pero ella pensaba en lluvia en ese momento, pero aun así había burla. Arrugó la nariz y soltó sus cuernos en lugar de hacer explotar la ciudad, atravesando el paraguas en el acto, aun era muy pronto para hacer algo de tal magnitud, se daría el lujo de darle algo de tiempo a esa humana.

Aun que la verdad era que no podía hacer nada en contra de la persona que le convocó.

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Notas de las escritora:

No tengo imágenes de referencia >o<

Y odio la app... bueno... Ya lo dije antes pero, hay que decirlo xD

Me quiero desviar de la historia original un poco, omitiré algunas escenas para que sea más kacchako puro xD

Bueno... Veamos como nos queda!

Nos leemos, bye~