14.¿Cuándo volvamos a casa?

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—¡¿Qué mierda te pasa?!—grito tan fuerte que por un segundo mi garganta duele, estoy enojada, furiosa, ganas no me faltan para golpearlo

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—¡¿Qué mierda te pasa?!—grito tan fuerte que por un segundo mi garganta duele, estoy enojada, furiosa, ganas no me faltan para golpearlo. Pero se que debo tranquilizarme, porque aunque estamos un poco alejados de la casa, mi grito tuvo que escucharse perfectamente allí dentro.

—¡¿Qué mierda te pasa a ti?!— musita un tanto más bajo que yo, ya que el desconcierto se torna en sus facciones.

—¿Qué me pasa a mi?—repito con un tono de ironía y igual de alto que la primera vez, lo que me hace pensar en mi actitud unos segundos y tranquilizarme antes de hablar— Tú eres lo que me pasa, andas por ahí preguntándoles cosas sobre mi a los demás. Cosas que hasta donde yo sabia eran personales.

Noto que se avergüenza y lleva una mano a su cabello y lo desordena nervioso.

¡Oh no! ¡No hagas eso!

— Bueno...—duda un poco pero vuelve hablar—. No pensé que te molestaría.

—!Claro que me molesta!—refunfuño ya nada molesta, pero fastidiada—. Son cosas personales. P-e-r-s-o-n-a-l-e-s.—deletreo.

Me fulmina.

Su seño me causa gracia porque en vez  de parecer de enojado—o indignadoparece que tiene algún tipo de puchero.

Reprimo la sonrisa casi risa que quiere apoderarse de mi rostro, y me las arreglo para mirarlo mal.

—!Oh vamos! No me mires así—me apunta—.Tú tienes la culpa. No quieres hablar conmigo, me haz estado evitando.

Mierda, no recordaba esto.

Muchas gracias cerebro.

—No es cierto—miento.

Inventa una escusa.

—Claro que es cierto—se queja.

—¿Sabias qué tengo que terminar de arreglar mi mochila?—comienzo a caminar hacia atrás para dar la vuelta rápidamente pero me detiene en segundos.

Mierda. Recontra mierda.

—Oh no, tú no te vas—me gira,
y encierra lo ojos detrás de sus lentes analizandome—De esta no te escapas mentirosa.

No se me escapa el hecho de que me tiene agarrada de la cintura de manera que no me escape. Y estamos tan cerca que puedo notar que mi corazón cominienza a volverse loco.

Oh, por Star Butterfly. Que alguien me ayude.

—Idiota—lo ataco para distraerle
y buscar una forma de safarme sin perder la compostura.

—Alguien debe  darte clases para mentir.

—Y a ti, el cerebro que no tienes—y con eso señoras y señores; Dereck, sonríe.

El Lago |Pausada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora