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Narra Nicholas.

No podía soportas un segundo la idea de irme a vivir con Gill; ella no era el problema de hecho creo que hasta ya le tenía un poco de cariño. El problema era sus hijas Megan y Katherine.

Aún que de Megan no podía escapar evidentemente porque era mi hermana, Katherine hacía todo siempre un poco más desagradable es que no hacía ni un mínimo esfuerzo por ser menos antipática.

Por otro lado estaba Tess que cada día se ponía más insoportable con una errónea idea de lo que era mi madre, ella esperaba irse a Madrid con mi madre y claro que yo tenía la culpa de eso y mi padre no dudaba un segundo en recriminarme todo este actuar.

— ¿Ya estás listo? — Preguntó Dylan antes de meter el cepillo de diente a su boca.

Como gemelos, nos tocaba compartir habitación en nuestra casa, pero era la última vez que lo haríamos y amaba eso.

— Por supuesto que no ¿Quien lo está? — Pregunté molesto.

Él no tenía la culpa, quizás mi padre pero no podía desquitarme con el. Solo me sentía frustrado y estaba algo estresado con la idea de graduarme.

— ¿Que te molesta Nicholas? — Preguntó en un tono curioso me miro entre sospechas y cerro la puerta del baño de un portazo.

— Me molesta, Katherine y su actitud de arrogancia. Me molesta tener que convivir mi último verano en Los Ángeles en una casa que no es mía. — solté.

— Hey exageras hermano; nunca hemos compartido con Katherine más de cinco horas y unas semanas de vacaciones créeme que para ella tampoco es grato pero dale una oportunidad a papá es su esposa y quizás el también quiere compartir con ella — Olvidaba de que lado estaba mi hermano.

— Eres todo un Noulan ya ¿Te sientes orgulloso? — Pregunté molesto.

— ¿Que tienes contra ellas? Son simpáticas, amorosas además muy inteligentes y cultas no entiendo tu problema.Las defendió mi hermano, un White defendiendo a una Noulan esto parecía un broma quizás eso era y no estaba enterado.

— Yo no sé qué insecto te pico Dylan, solo te digo no olvides lo que ella me hicieron. — Conteste molesto.

Cerré la maleta a la fuerza y la dejé a un lado saliendo de la casa de una vez, me senté en el patio.

Claro nuestra casa era una casa cualquiera en una barrió cualquiera, no necesitaba Gill comprando una casa de lujo, teniendo servio de habitación y ama de llaves. Estaba feliz en mi casa quedaban semanas de clase y no podía estar más feliz de poder volver a regresar a España pero no, a mi padre se le ocurre  la maravillosa idea de mudarse.

— ¿Que nivel de frustración es la tuya? — Pregunté Tess, no me había dado cuenta que estaba sentada en el pasto. Estaba tan molesto que los pequeños detalles pasaban desapercibidos.

— Eh tú, espero que te comportes bien en mi ausencia — Cambie de tema, mi hermana chica no tengo porque saber los desmadre que habían en esa casa.

Creo que ella no estaba totalmente involucrada, creo que solo era yo quien odiaba a esas chicas con todo mi ser.

— Tranquilo, quiero ver con que me comprara Gill esta vez — Respondió burlona, le sonreí a media y negué.

¿Como es que a ellos se le hacía tan fácil? A mí el solo hecho de acordarme me ponía al maximo de enojo.

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Estábamos estacionado a fuera de la ex casa de Gill en un condominio privado a las afuera de la ciudad — claro ella no podía ser menos — Gill estaba parada con Megan en sus brazos casi dormida, Katherine salió de la casa y la miró con nostalgia ¿Está actuando? Ya no sabía ni qué pensar y omití todo mirando para otro lado.

Claro hubiera podido omitir si Katherine no hubiera llegado invadiendo su espacio; con su hermana y su adictivo perfume cítrico, Dylan la miró fascinado al parecer a mi hermano le gustaba nuestra hermanastra y eso sería divertido.

Apenas llegamos a la casa logre deshacerme rápidamente de todo, mi padre super feliz acomodo todo Katherine estaba teniendo una mini discusión con Dylan por la habitación parece que la mayor de las Noulan ya conocía la casa al reves y al derecho, ella entro a su habitación ya lista desde afuera pude apreciar su esencia. 

Colores negros, blanco invierno, gris y dorado decoraban todo a la vista. Tenia un amplio ventanal hacia la calle y un enorme tocador organizado a la perfección ver su habitación era algo satisfactorio todo ordenado a la perfección. 

Entre a mi habitacion alejada de mi gemelo, era una habitacion gigante mas de lo que estaba acostumbrado, la cama era de dos plazas cubierta por un cubre cama de pluma y cojines por doquier, acompañada de dos mesas de noche y unas pequeñas lampara un ventanal completo hacia el patio trasero el baño y el closet que podia vivir dentro de ellos. No me quejaba. 

Organice mi ropa dentro de las cajoneras, colge alguna de mis camisas, y ordene mis cosas personales me lleve toda la tarde haciendo nada preguntándome sinceramente si en algún momento me acostumbraría a tanto lujo como el que me estaba brindando me quedaba casi un mes en Los Ángeles y aun que una parte de mi odiaba a Gill y su familia otra la admiraba por darnos tanto cuando realmente no somos nada de ellos. 

Escuche a Megan llorar, mi habitación quedaba casi pegada a la de ella y el ancho pasillo que nos separaba armaba eco de su llanto. Me puse de pie y apresure mi paso para llegar a su cuna de una vez Megan froto sus ojos por las lagrimas y me tendió los brazos. 

  —  Nicholas ve a Megan —  No se si fue eso lo que exactamente paso, o dijo. 

Pero el volumen de la música se disparo, de repente parecía que estábamos dentro de una discoteca y Megan volvió a llorar con fuerza —  Estaba en aprietos —  No tenia idea donde estaba Gill o mi padre, pero en estos momento los necesitábamos. 

— ¡¿Que haces Tess?! — Exclamo Dylan. 

Analice en mi cabeza los peores escenario que podrían haber montado mis hermanos, pero nada se me venia a la cabeza Katie entro a la habitación su rostro se veía confundido pero a la vez alarmante, me tendió los brazos y le entre a la pequeña niña que se había quedado tranquila bebiendo su biberón por si sola. 

— ¿Que ha pasado? — Pregunte a Kat, ella me miro afligida y nego sin hablar. 

Salí con cierta inquietud en mi pecho, el olor, el verla me inpacto. 

—  Esto es su culpa Nicholas, ¡Ahora justificala! Ve hermano defiendela — Me grito Dylan apenas llegue a la habitacion de mi hermana. 

Ella se encontraba tendida en el piso rodeada de una cajetilla de cigarrillos y unas botellas de cerveza ¡Tenia trece años! Negue mirando a Dylan, el cual me sonrio descontento. 

—  No tienes que decir, porque Nick —  Me afirmo el rostro — Ella no merece ser perdonada, ahora arregla esto tu antes de que llegue papá. 

Mi hermano tiro que hizo que razonara, el peso cayo sobre mi y mi hermano tenia razon esto era su culpa, mi madre tenia la culpa de todo esto. 

 — Tess lleva a tu amiga a mi auto, y lleva todo ¡Todo! a mi auto ahora mismo —Pedi, mi tono de voz fue duro y por primera vez me comportaba de esta manera con mi hermana pequeña. 


A un paso del infierno. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora