.Compromiso. [Etapa Culminante]

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¿Dar un anillo de compromiso? ¿Comprometerse? Sin duda, no es nada fácil.  Y más, cuando tienes dudas sobre sí quieres hacerlo o no.

¿Crees que es sencillo tomar la decisión de vivir y amar a la misma persona toda tu vida? A veces no lo es.

La mayoría de los casos, acepta por rapidez o por obligación, no porque realmente sea lo que quiere. Gona lo había mencionado anteriormente.

Otros lo tienen más claro. Aquellos que supieron esperar, que lograron conocer a alguien especial, que aseguran que incluso darían la vida por ellos y saben que los amaran de por vida. Ellos aceptan, por que saben que jamás se arrepentirán de ello.

Y luego está Mah, quien a pesar de ya haber citado a Luh en un restaurante medio lujoso, aún duda sobre si debe darle el anillo, si quiere vivir a su lado para siempre o si quiere una familia con él. ¿Realmente debería pedirle matrimonio?

Y también Lutfi. Obviamente no sabía lo que iba a suceder. ¿Quién cojones espera que lo sorprendan con una "pedida de mano"? Pero, seamos sinceros, es sumamente probable que Luh tampoco supiera que decir, entraría en pánico y cometería un grave error: Decir que sí.

Además, ¡Es totalmente injusto! ¿Te atreverías a decir "sí" cuando no amas verdaderamente a esa persona? Ninguno sería feliz, ninguno lo merecía.

Tal vez esta fuera una de las razones por las que el castaño no se había comprometido con Marina después de tantos años. Porque muy en el fondo, no quería dañar a su novia. Ciertamente, ese fue su plan desde que la conoció. Necesitaba una novia, a medio plazo una esposa y a largo plazo una familia; para que su familia estuviera satifescha. Para que todos se sintieran orgullosos de él y no sufrir humillaciones. Y porque odiaba ser feliz. Con Mah no siente nada, y en un pasado, estaba bien; no existían problemas con su querofobia.

Pero ahora está Gonzalo, y la maldita felicidad que le provoca le da placer; y aunque abruma, su corazón es más fuerte y le permirte sostenerse y combatir contra el temor... Luh aprendió amar. Luh se enamoró. Luh debía contestar "no". Luh tenía que terminar con esa relación. Luh debía ser valiente y afrontar los problemas junto a su nuevo novio. Luh tenía que vencer su querofobia... Luh la cagó.

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El restaurante, como de costrumbre, estaba un poco lleno; sin embargo, Mah se preparó desde dos meses antes. Había hecho una reservación, pagó y ordenó por adelantado, y esperó con muchas ansias a que ese día llegara por fin.

Ahora, aguarda sentada en la mesa 52, a que el castaño llegue a su cita. Nerviosa e impaciente, tamborileaba los dedos sobre la mesa. Su vestido beige y sus zapatillas negras lucían impecables. Luh solía decir que el color beige le quedaba bien; aunque eso fue en su primera cita.

Para cuando Lutfi llegó, dos copas de vino y un plato costoso para cada quien, esperaba a ser devorados en la mesa. El chico parecía sorprendido, pero no mencionó nada. Ya había dicho de más en anteriores ocasiones.

-Te pedí que asistieras de traje...- reprochó Marina al ver que su novio solo iba con pantalón de vestir, una camisa blanca con líneas finas amarillas y un moño blanco.

-Vengo presentable- se sentó- ¿No es un poco caro el lugar?-.

-No te preocupes, yo pagaré-.

-No lo decía por eso- suspiró y cogió dos cubiertos, dispuesto a cortar el primer trozo de chuleta. Mah lo imitó.

Pasaron varios minutos hasta que alguno de los dos volviera hablar.

-Escucha- anunció el castaño- Siento mi comportamiento de hace días, semanass o meses; no sé. He tenido problemas con youtube y algunos amigos; obviamente, no es una exusa para lastimarte. Solo supongo que me afectó y me desquité contigo. No era mi intención- mintió en partes.

-Está bien, no hay problema- Mah sonrió satisfecha por la disculpa del castaño.

-No puedo prometer reponer el daño, pero intentaré que no vuleva a ocurrir-.

-De acuerdo-.

Y a pesar de los lamentos, el ambiente seguía tenso. Ambos terminaron de comer en solo quince minutos.

-¿Quieres un postre?- preguntó Luh- ¡Vamos, consideralo un regalo!- levantó la mano para llamar a un mesero.

-En realidad...- interrumpió- Quería hablar contigo. Presta atención, ¿sí?-.

-Vale- respondió dudoso.

-Hemos estado por diez años juntos, y creo que quiero muchísimos más. Has sido mi única pareja en la vida, pero creéme, no me molesta. No necesito a nadie más. Te amo, y nunca dejaré de hacerlo, cariño...

Luh estaba en shock, entendía donde llevaba esto.

-Luh, cásate conmigo-.

¿Desde cuando un pedida de matrimonio se convirtió en una orden y no una petición?

Algunos curiosos observaban al par de novios, ansiosos por la respuesta del novio. El cual, por cierto, apenas podía respirar.

-¿Luh?- Mah contenía lágrimas en los ojos.

Dí que no, dí que no. Confiesa la verdad. Respuesta final: NO.

-Sí, está bien. Debemos casarnos- respondió como si alguien hubiera programado sus palabras. Sin sentimiento ni emoción.

Los presentes aplaudieron y Marina saltó a besar a su, ahora, prometido.

¿Qué coño le importaba a la gente el sufrimiento de Lutfi?

Luh lloró. Hace 20 años que no lloraba. ¿De felicidad? ¡JA! Lloraba de tristeza, de horror y de coraje.

Iba a perder a Gona. Era un idiota.




Miedo A Ser Feliz- Gonuh.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora