•Ven Conmigo •

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Los meses pasaban, las visitas se hacían más frecuentes y el amor de Luh y Gona crecía.

No es que se amarán tanto como para dedicarse el sol, la luna y las estrellas; pero era un cariño y lazo más fuerte que el que tenía el castaño con su novia.

Gona provocaba todas las sonrisas y risas de Luh; a veces, esto le provocaba un miedo extremo al más alto, y no iba a visitar a su amante. El pelinegro lo entendía, e intentaba comprender. Después, conversaban por teléfono. Gona le tranquilizaba, y al final, todo salía bien.

Sus amigos aún no sospechaban nada, pues los tortolitos eran muy cuidadosos. No obstante, ni siquiera había necesidad de actuar; siempre se trataron igual, como los mejores amigos. Con la excepción de que cuando estaban solos, se besaban o se decían motes cariñosos y sumamente cursis.

En cuanto a Marina, Luh siempre le aseguraba que sus visitas a Madrid se debían a que la Network lo había contratado para reportes de problemas. ¡Qué mentira más grande!. Pero le ayudaba a visitar a su amante hasta cuatro veces al mes.

-Los fans nos exigen fotos juntos, Lurl- comentó el de gafas - Preguntan si nos veremos toda la pandilla estas navidades-.

-Lo dudo- contestó el castaño mientras jugaba en el ordenador de Gonzalo - Pero tu y yo si nos veremos, ¿verdad?-.

-Por supuesto- respondió con una sonrisa desde la cama - Si supieran que nos vemos muy seguido, las chicas convulsionarían- mencionó entre risas.

-Es muy probable- rió... ¡Jodida risa tan linda! -Esas chicas están locas solo por relacionarnos de esa manera-.

-Te equivocas Lurl. Nosotros somos los locos por hacer que esa relación se convirtiera en realidad- el menor se levantó de la cama, y se dirigió a besarle la mejilla a Lutfi.

-¡Shh!, que no lo sabe nadie tío- se apartó de Gonzalo de forma un poco brusca - Las paredes oyen...-.

-No seas tonto Lurl, solo mi madre y mi hermano se encuentran en casa. Además, mi madre debe estar cocinando, por lo tanto no oirá. Y mi hermano debe estar practicando alguna canción. Tranquilo-.

-Vale- se notaba inseguro y nervioso.

El pelinegro se percató de ello, sonrió y rodeó con sus brazos al castaño por detrás en modo de abrazo.

Miedo A Ser Feliz- Gonuh.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora