.Epílogo de final alternativo.

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Dos veces al mes, todos juntos, conversando o jugando; eran los días favoritos de los cuatro amigos y sus respectivas parejas.

Solían ir al parque para un picnic, al zoológico, parque de atracciones, hacer ejercicios al aire libre, al cine, a un club de videojuegos o, su favorito, la playa de Málaga.

Dos días, en realidad, era poco para todos. Necesitaban más. Pero no se quejaban; pues la espera y emoción de  "Pronto llegará el día", "Comportate bien si quieres ir..." o "En 24 horas nos veremos de nuevo. Debeis contarnos todo, ¿vale?" es la segunda fase más divertida y genial de sus planes. Los llena de alegría y deseo.

Los chicos se divertían más, estando juntos.

¿Era costoso? Sí, pero valía la pena. Los boletos de avión son caros; menos mal que se turnaban. A veces tocaba visitar a Sara y Elizabeth a Galicia. En otras a Andrés, Helen y Diego a Asturias. Y mayoritariamente, Luh, Raquel, Alejandro y Gona eran vistados en Málaga.

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Mientras Lutfi, Sara y Helen descansaban y tomaban el sol tranquilamente; Gona, Andrés, Elizabeth, Diego y Alejandro jugaban en la orilla del mar. Correteaban, gritaban y reían.
Raquel, sentada entre Sara y su padre, leía bajo la sombra de una sombrilla azul. En repetidas ocasiones, levantaba la vista para observar a sus familiares y amigos, frustrada por la distracción que éstos le ocasionaban. Su parte favorita del libro se encontraba a unas cuantas páginas, y no lograba concentrarse. Sí, ya la había leído cuatro veces; pero, ¿eso importaba? ¡Era la escena que resolvía el caso! ¡Ella ama esa parte!

Resopló mientras se acomodaba el fleco del cabello detrás de la oreja y pasó de página. Su "hermano" Alejandro gritó: -¡Papá, código 946! ¡946!- ¿Qué diablos es un 946? La pequeña de 13 años no lo soportó más, y puso en practica todo lo que Sara le enseñó.

-¿Pueden callarse, joder? ¡Intento leer mi maldito libro!- les reclamó a todos -¡O cierran la boca o les pego en los huevos, tan fuerte, que no puedan tener hijos en un futuro!

Luh y Gona voltearon a ver a su hija horrorizados. Helen, Andrés, y los niños, sorprendidos y pálidos, se callaron al instante y también miraron a la niña. Elizabeth río y Sara sonrió.

-¡Hey!- regañó el castaño.

-¿Qué? Lo aprendí de Sara en las vacaciones de verano. Fue tu culpa, tu me enviaste con ella, no te quejes.

Luh fulminó a Sara con la mirada. La castaña sólo se encogió de hombros.

-No vuelvas a decir eso, ¿de acuerdo?- ordenó Gonzalo a Raquel. Su hija negó con la cabeza -Raquel, por favor.

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⏰ Última actualización: Jan 25, 2018 ⏰

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Miedo A Ser Feliz- Gonuh.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora