UN MAR DE LÁGRIMAS Y EL VACÍO

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Me preguntas qué fue lo qué pasó.
¿Qué me hizo dar vuelta y escapar?
Qué fue aquello que me hizo soltar tu mano y marcharme sin dar vuelta atrás. Sin mirar de nuevo aquello de lo cual me intentaba alejar.

Lo que pasó fue que llené un mar de lágrimas, aquella triste noche y después de llorar tanto llegó a mi el vacío. Me abrumó una soledad tan fuerte que pensé no podría salir de ahí nunca más. Se metió en cada poro, en cada vena, llenó mi alma de miedos, pero también aclaró la tormenta.

Después de aquel oscuro momento mi mente lo entendió por completo.

La soledad y el dolor que me acechaban en ese momento, cuando estabas realmente lejos, era cien veces preferible a estar a tu lado y no sentirte mío.  Comprendí que prefería sufrir por un tiempo a tener una vida de tormento.

Y si, lo acepto, quise hacerte pagar por un momento, quise jugar y jugué, contigo, conmigo. Pero ni siquiera eso fue suficiente para hacerme sentir alivio, así que me detuve y volví al camino correcto.

Eso fue lo que pasó, tal vez ahora lo entiendas y me odies un poco más o un poco menos, por rendirme y dejar de intentar. Pero sí tú hubieras sentido la fuerza de ese vacío, sí tú hubieras llorado el mar que yo lloré, sí tú hubieras visto lo que me deparaba el destino...  Entenderías por qué decidí marchar.

SIN CAFÉ, A MEDIA NOCHE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora