EL PRIMERO QUE SE FUE

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Traté de escribir una disculpa.
Traté de dedicar un último poema.
Traté de inmortalizar por última vez una historia que no puede ser contada.

Pero mis disculpas no suenan sinceras. Mis poemas son todos amargos. Y mis historias se han quedado estancadas.

¿Qué se puede hacer cuando la culpa no aparece?
¿Cuando la vida no es negra y respirar no duele?
Ni aunque esa haya sido la despedida.

¿Como tratar de decir adiós, cuando te has marchado tantas veces?
Cuando a uno lo dejan, sin poder decir las palabras, estas pronto de alejan, se acaban y solo agachas la mirada, esperando el nuevo golpe que, tarde o temprano, siempre llega.

SIN CAFÉ, A MEDIA NOCHE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora