❝Delicada❞ esa es la única forma de llamar a Malorie Stevens.
Y ver a un payaso convertirse en sus miedos no era algo que le encantara.
❝You take things so hard
...
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—El mejor sentimiento de todos— comentó Stanley mientras vaciaba su mochila en un gran basurero.
—Si, trata de jalártela por primera vez— comento El de lentes junto a él
—Me sorprende como cada palabra que sale de tu boca no tiene ningún filtro y todo te parece tan efímero que no te importa lo imprudente que pueda ser hablar de tal manera— agregó Malorie en voz baja Aún roja por estar en presencia de tantos chicos.
—¿Quien eres? ¡mi maestra de lengua! Que carajos es Efímero—
Leer no te haría daño de vez en cuando, imbecil.
—¿Que harán mañana?— sacó tema el más bajo
—Huir de Bowers— susurro para ella
—Iniciare mi entrenamiento— respondió el de anteojos
—¿Prácticas algún deporte?— nunca lo imagine viendo de alguien como tú. Si es El Capitan. Bowers me ama
—Si, Street Fighter— contestó con orgullo
—¿Planeas pasar tu verano dentro de un arcade?— cuestionó el bajo
—Es mejor que pasarlo dentro de tu madre, ¡ohhh!— levantó la mano en busca de aprobación pero Stanley se la bajo bruscamente.
—Lo único que le veo de emocionante a Street Fighter es el hecho de que es el primer videojuego en utilizar combinaciones de botones para ejecutar golpes especiales, como presionar dos botones a la vez o ejecutar movimientos diagonales con el joystick. Hay que tener en cuenta que los combos son muy importantes al momento de jugar—Los 4 chicos se quedaron mirándola boquiabiertos sin saber que decir— ¿Que? Me gustan los videojuegos— se defendió tímidamente al notar que todo eso lo había dicho y no pensado.
—Solo que es extraño que una chica... pues... ya sabes— intento explicar Stanley
—Cambiando de tema, no se sus nombres... A excepción de ti— comenzó a hablar más bajo y más sonrojada— futuro hombre— señaló a Stanley
—Richie... A sus servicios— hizo una reverencia con su mano
—Eddie— respondió con simpleza
—¿Te llamas Richard?— preguntó
—Si, ¿y eso? Suena muy formal. O a ti te gusta que te llamen...— pensó unos segundos— ¿Cual es tu nombre?
