Cap.4

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"Ya están aquí"
Le hizo saber el viento que entraba por las rendijas de la humilde casa.
La vidente, quien estaba haciendo sopa de arroz, paró en seco sus movimientos.
-Madre...¿Está bien?- habló su pequeña hija de 4 años quien esperaba ansiosa su comida. Miraba curiosa a su madre quien parecía estar paralizada en el tiempo.
No pudo responderle, sólo pudo concentrarse en lo que el bosque le informaba.
"La Luna ya está aqui"
Las señales eran claras, la leyenda estaba dando comienzo.
Se puso de pie a la espera de los golpes que anuncien el llamado para el favor de tener un techo ésta noche. Sabía muy bien lo que había ocurrido, sabía quién estaba en camino, sabía la importancia.
Los esperados llamados a la puerta interrumpieron sus pensamientos acerca de lo ocurrido en ésa noche, como la sangre se drenaba por la tierra y llegaba hasta sus venas, sintiendo el dolor ajeno,la desdicha y violencia de la guerra impresa en el aire.
Sin hacerse esperar, tres golpes, firmes y determinados se hicieron a oír.
La pequeña niña se levantó de la mesa improvisada de troncos al igual que toda la "casa".
-¿Quién es?- habló fuerte, a lo que la vidente la calló de inmediato.
-Silencio, niña impertinente. Son cosas de adultos. Vete a recostar a tu cuarto, ya es tarde.- sentenció la mujer, tomando una postura determinada y rígida. Abrió sólo un poco la puerta para apreciar lo que suponía ya, un hombre con un bebé en brazos en busca de un refugio.
-¿Podría ser tan amable de resguardar ésta noche a dos desamparados? Será bien recompensada- pidió Jaeinz intentando ocultar la desesperación de su voz.
La puerta fue abierta dándoles las bienvenida.
Se podría decir que era acogedor ahí dentro.
-Siéntese donde guste- ofreció la mujer, más sabía que el único asiento disponible era el suelo , siendo decorado por almohadones hechos de heno y bolsa de comestibles.
Jaeinz con la pequeña en brazos, se acomodó lo mejor posible, en una posición en la cual estuviera cómodo sin malograr a la niña.
-Muchas gracias- susurró el hombre sumándole un gesto con la cabeza.
-No hay de qué. Se los esperaba- habló tranquila mientras preparaba lo que se veía como té, con hierbas propias del bosque.
Sirvió el mismo en dos cazuelas y las dejó reposar en la mesa.
Jaeinz agradecido de algo caliente, no dudó un minuto en probar dicho brebaje.
Su cara magullada expresaba confort.
Hasta que reaccionó en lo que aquella señora, "bruja" para él, había mencionado.
Y al parecer su rostro lo delató, porque la mujer frente suyo no tardó en responder a sus dudas.
-No soy ninguna bruja, ni hechizera, ni mucho menos. Por favor, no me ofenda. Soy una de las videntes más importantes de la región, la cuál han expulsado a éste sucio y solitario bosque.- bebió tranquila de su recipiente mirando fijamente al soldado, demostrando su veracidad.-Soy perteneciente de tierras muy lejanas de aquí, pero he permanecido en éste lugar con un solo propósito, el cuál, parece comenzar hoy. Mi nombre es Naizet, la protectora de la nueva Luna- finalizó mirando hacia la bebé.

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⏰ Última actualización: Jan 10, 2018 ⏰

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