¡Hola a todos! Después de haber trabajado la sinopsis, las tramas y los personajes de la historia, llega la hora de crear el resto de los personajes. ¿Están preparados?
Antes de entrar en materia, me gustaría aclarar que existen dos tipos de personajes menores: los secundarios y los incidentales o episódicos.
Los personajes secundarios siguen siendo importantes para la historia, pero de una forma menor que los protagonistas. Aunque participen en la trama y el conflicto, no llevan el peso y su arco de personaje —si lo hubiera— es más estático que el de los personajes principales. Por norma general, los secundarios sirven para hacer avanzar la historia, apoyando al protagonista o funcionando como obstáculos. También pueden ser importantes para las subtramas.
Los personajes incidentales o episódicos son aquellos que aparecen esporádicamente, una o dos veces a lo largo de la novela, casi de forma anecdótica, porque los necesitamos en ese instante para aportar algo. Esto no significa que no sean importantes, pueden ser personajes clave para el desarrollo de la trama. Por ejemplo, un hombre que se acerca a nuestro protagonista para entregarle una tarjeta de memoria con una información importante que pondrá en marcha la historia. Es posible que ese hombre misterioso no vuelva a aparecer, pero sin él, nada habría pasado.
Los personajes episódicos pueden tener también una función ambiental —la cajera del supermercado, el revisor del metro...—, y servir como apoyo para explorar una emoción del protagonista o darle forma al universo narrativo. En cualquier caso, como ya habrás visto, este tipo de personajes no necesitan desarrollo y, más que personajes en sí, son herramientas, elementos narrativos en función de un conjunto mayor, que es la propia historia.
Por eso no será necesario que inventes un pasado para los personajes episódicos ni crees para ellos un arco de personaje —con su corta aparición, no les da tiempo a evolucionar—, pero sí hay otros puntos del desarrollo de personajes menores que podrías trabajar. A continuación veremos cuáles, como siempre, paso a paso:
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Antídoto de Literato
AléatoireUn antídoto de la sabiduría para el escritor frustrado o simplemente para el que desea emprender un nuevo proyecto preparándose.