Lo hemos conseguido. Después de semanas de arduo trabajo entramos por fin en la recta final. Dentro de nada estaremos inmersos en el primer borrador de la novela y, si hemos hecho bien los deberes, esta debería ser fluida y sin más sorpresas que las del propio placer de la escritura. Pero para que algo así sea posible, primero tenemos que crear una estructura sólida.
Para crear la estructura de una novela hay que tener en cuenta dos aspectos de la misma: por un lado, tenemos lo que podríamos llamar la estructura física de la novela, la forma en la que está dividida la obra —por ejemplo, en capítulos o partes—. No profundizaré más en esto porque es algo que ya tratamos en el blog con anterioridad, cuando vimos cómo dividir una novela en capítulos.
Por otro lado, nos encontramos con la estructura temática, —es decir, la organización del contenido de la historia en escenas— que es la que trataremos en esta entrada.
En el capítulo anterior de la serie hablamos de los puntos clave de una novela con la idea de que pudieras profundizar en tu propia historia y seleccionar qué partes querías mostrar al lector y qué partes preferías dejar fuera.
Ahora llega el momento de dar un paso más y empezar a elegir todas los momentos de la historia que formarán parte de la novela. O lo que es lo mismo, vas a decidir qué escenas serán las que escribirás cuando comiences con el borrador.
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Antídoto de Literato
De TodoUn antídoto de la sabiduría para el escritor frustrado o simplemente para el que desea emprender un nuevo proyecto preparándose.