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03: Pato bomba.


La idea de Yoongi para salir a comer con Jungkook siempre se limitaron a las mesas del comedor donde trabajaban, un restaurante pequeño que estuviera a no más de dos cuadras de distancia o a la compañía del menor en su oficina; nunca fue a más, y desde luego que nunca se saltaron una sola comida. Era su ambiente, después de todo, con ambos disfrutando la compañía del otro mientras intentaban llevar una conversación normal.

Ahora las cosas escalaron con rapidez, dejándolo en un asiento en McDonald's, con cinco niños sentados frente a él mirándolo expectantes, en espera también de que Jungkook apareciera con el pedido de todos.

Tuvo su oportunidad de zafarse, la idea original era que Yoongi fuera por la comida para que así Jungkook vigilara a los niños, pero él resultó ser muy flojo al darse cuenta que serían dos bandejas de comida, y decidió quedarse sentado con los niños en la mesa. Con los cinco pares de ojos atentos en él, la situación se tornó más incómoda desde que el pelinegro dejó la mesa para irse; incluso los niños dejaron de hablar entre sí.

Hasta podía contar con la mirada poco aprobatoria del pato redondo que MinHee tenía en sus manos.

—¿Qué eres de mi tío? —cuestionó una de las sobrinas de Jungkook parpadeando repetidas veces, asegurándose de estar viendo bien al hombre pálido que parecía perderse en la luz—. ¿Eres un fantasma?

No iba a responder ni una sola pregunta proveniente de esos niños sin Jungkook presente. Eso podría generarle más problemas que hablar sin un abogado en medio de un interrogatorio, no iba a hacerlo, buscaría otra forma de hablar.

—Y... ¿en qué grados están?

Pregunta tonta, sí, pero pareció ser la más atinada a preguntarle a niños de primaria.

—Yo estoy en jaldín de niños —respondió rápidamente MinHee sonriendo de forma adorable a Yoongi; ella no iba a admitirlo con sus hermanos ahí, pero podía aceptar al rubio si en algún momento le compraba dulces—. Papi dice que casi-casi voy con todos a la escuela.

—¿Es tu último año? — La niña con dos coletitas afirmó con rapidez eso. Punto, logró una conversación con alguien.

Pero después no tuvo que preguntar, o qué hacer para que los demás respondieran. Por lo que todo se volvió incómodo cuando MinGi se agachó a la altura de su hermana menor a decirle algo, haciendo que esta inflara sus mejillas molesta y cruzara sus brazos. Ya ni siquiera miraba a Yoongi, ¿acaso la habían puesto en su contra?

Se quedaron en silencio unos minutos más hasta que Jungkook apareció con la comida. En ese instante los ojos de los cinco niños brillaron, ¿tanto así amaban la comida? Quizá era por el juguete.

—Hubo un error con una cajita feliz, así que una de ustedes dos tendrá que comer nuggets y no hamburguesa. ¿Quién quiere la hamburguesa? —le preguntó Jungkook a las dos niñas más pequeñas.

Ambas gritaron a la vez que querían los nuggets, entrando en un conflicto mayor en el que Jungkook se vio envuelto al ser él quien tenía que solucionarlo.

A Min le pareció divertido la forma en la que su novio intentaba negociar una caja de nuggets con niñas de cinco y seis años. La seriedad parecía tan real que le costaba creer que todo girara entorno al contenido de las pequeñas cajitas felices.

—Yo puedo cambiar mis nuggets por la hamburguesa —dijo MinJae extendiendo su caja cerrada con nuggets.

—¿Les parece bien? —preguntó una vez más a las niñas, sintiéndose aliviado de que asistieran. Entonces hizo el cambio, agradeciendo a MinJae e inclinándose al otro lado de la mesa para ponerle un poco de kétchup a las papas.

Algo así como familia ➳YK.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora