Sombra oscura

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Una vez salimos de su casa nos dirigimos a la estación del metro, la cual se encuentra a menos de 1km de la casa de Joé. Para cuando llegamos ya son las 5:10 am y me doy cuenta que solo llevo encima mi pijama de elefantes y que estoy abrigada hasta las rodillas con un abrigo que cogí cuando salí de casa, maldigo mentalmente y Joé parece darse cuenta

-Tranquila cabezotas, empaque ropa para los dos, cuando lleguemos a nuestro destino podrás cambiarte pero debo decirte que te ves sexy - al terminar de decir la ultima palabra me guiña un ojo y siento como la sangre drena rápidamente por todo mi cuerpo. No se que este pasando, pero Joé a despertado un nuevo sentimiento en mi que da miedo sentirlo, es mi mejor amigo ¿Cómo voy a enamorarme de él?

- No digas bobadas y compra los boletos para irnos de aquí ya, tengo hambre y para colmo estoy despierta y luchando con muchas cosas nuevas desde las 3:03 am - no dice nada, solo se acerca y me abraza.

No pasa mucho tiempo cuando siento que me están observando y al instante me erizo, me quedo paralizada y no se que hacer, busco rápidamente con la vista a Joé que ésta comprando los boletos y no me ve; recuerdo que nos podemos comunicar mentalmente y lo hago

- ¡Joé!

Espero que conteste pero no consigo escucharlo. Me desespero, no se si correr o ponerme a gritar como una loca, así que intento de nuevo:

-¡Joé! Por favor, responde. Alguien está siguiendonos.

Mi amigo sigue sin responderme y por un momento dudo de todo lo que ha pasado hasta entonces ¿Como es posible que no pueda oirme si hasta hace unos minutos me estaba hablando? Me pongo mas nerviosa de lo que haya podido estar, no logro comprender lo que está pasando, Joé de tarda más de lo quisiera y aun siento esa mirada en mi nuca, trato de buscar a quien me provoca esa sensación pero no consigo nada. Una vez he terminado de buscar a quien ocasiona esta y fijo la mirada en Joé, la sensación se va. Ya no siento la mirada clavada en mi nuca y ya mi piel no esta erizada.

Dudo un instante de lo que acabo de sentir, pienso que tal vez sea culpa de la falta de sueño pero escucho a Joé en mi cabeza que dice:

-¿Qué pasa? ¿Por qué no me respondes?

Al escucharlo no puedo evitar poner cara de terror, todo lo que sentía fue cierto, a Joé le impidieron también comunicarse mentalmente conmigo y eso es preocupante ¿Quien mas puede saber que nos podemos comunicar de esa manera? Siento como mi corazón se acelera a su máximo poder y se me entrecorta la respiración

-Joé hace unos instantes sentí que alguien me observaba, intente llamarte pero fue imposible, no pude. Creo que esto se esta saliendo de control ¡Tengo Miedo! - le digo con la voz quebrada por el llanto a punto de salir. -¡Quiero que esto acabe, Joé!

Una vez termino de hablarle lo siento frente a mi listo para abrazarme, no puedo más así que me desplomo y él me susurra:

-Tranquila princesa, estaré aquí contigo pase lo que pase.

Me aferro a su agarre y no lo suelto hasta que llega el tren. Una vez estamos dentro ambos estamos más atentos que nunca, ambos queremos saber quien esta siguiéndole y porqué no pudimos comunicarnos hace un momento.

No puedo negar que Joé desde el primer momento en que nos conocimos fue un buen amigo, siempre fue directo y muy claro, es de las pocas personas que no importa lo que pase siempre te dirá la verdad, siempre podrás contar con él siempre y cuando no lo traiciones y le seas leal de la misma forma en que él lo es contigo, agradezco enormemente a la basura que me lo presentó hace unos años ya, para ser sincera fue lo único bueno que me ha dejado. Debo admitir que cuando lo conocí me pareció extremadamente guapo; Joé no es el típico chico lindo de ojos azules y cuerpo cubierto de músculos trabajados, él es un chico alto de cabello claro, ojos color miel y los únicos músculos visibles son los de sus brazos ¡Vaya Brazos! Al igual que yo ha tenidos sus encuentros muy de cerca con el amor y la pasión, doy fe de que cuando se enamora puede llegar a hacer cualquier cosa por ti, de igual forma lo es como amigo, nunca nos hemos visto más que como amigos pero desde ayer, algo cambió.

Nos bajamos en la última estación y salimos por el lado norte de la estación, Joé al igual que yo estamos alerta a cualquier movimiento extraño cuando de pronto me quedo paralizada.

Frente a nosotros hay una sombra negra que no me deja caminar ni mucho menos hablar. La sangre deja de circular por mis venas y no puedo respirar, desesperada busco la manera de tomar aire y de que Joé me vea rápido, antes de que sea muy tarde; él a percatarse de que no voy a su lado se gira para buscarme y me encuentra allí, paralizada y desesperada sin saber porqué. Corre hacia mí y me dice algo que no logro entender, al ver que no reacciono se desespera y veo en su mirada lo aterrado que está. Siento que será mi último día, que ya es muy tarde pero, Joé entrejunta su mano con la mía y como por arte de magia el aire entra y sale rápidamente de mis pulmones  caigo al piso sin poder evitar llorar al mismo tiempo que él me abraza de una manera protectora y nerviosa.




Acá una imagen de la sombra que vio la protagonista

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Bajo la venganza de los muertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora