Capitulo |1|

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1996 Maine, Portland.

-Escúchame bien pedazo de mierda, las cosas aquí se hacen como yo lo digo. No necesito tus sugerencias ni opiniones, recuerda que el jefe aquí soy yo ...-sus gritos no cesaban. Sentí pena por el pobre infeliz que trabajase para el, chico nuevo me imagino. Un solo error y Morgan lo acabaría en menos de un segundo.

Me levante de la mesa y fui directo por mi mochila. Apure el paso al escucharlo caminar en el segundo piso, si estaba enojado la agarraría contra mi.
Solo basto con que girara la perilla para sentir su presencia detrás mía.

- ¿A dónde vas con tanta prisa? - dijo, bajando con lentitud cada escalón.

-A la escuela, señor

Se fue acercando hacia mi mientras arreglaba su corbata.

-Saliendo de la escuela te quiero en el taller

-Pero padre, d-debo quedarme p-para...

-te he dicho mil veces que no tartamudez, habla como hombre- no solia tartamudear pero mentiría al decir que el no me ponía nervioso. Tal vez sea su personalidad o el saber que en cualquier momento reaccionaría mal y me tomaría del cuello mientras me azotaba hacia la pared. Digamos que no es el padre del año- ¿Que cosa tienes que hacer mucho más importante que ayudar a tu viejo? ¿Uh?-

No pude dar un paso atrás. La puerta ya estaba ahí

-Tengo clases, señor- no era una mentira en sí. Después de clases solía quedarme en el taller de arte  pero, si el se enterase, tendría un ojo morado por varios días.

Me miro, sabía que estaba mintiendo. Estaba tan cerca de mi que podía oler el cigarro matutino que solía fumar.

No baje la mirada. Sus penetrantes ojos color azul solían ponerme nervioso y ver como su pupila se contraía me daba escalofríos.

Morgan Avrokowski da terror.

Podía sentir la tensión pero fue cortada por el sonido del claxon de un auto. Andrew llego, justo a recogerme.

Mi padre cerró los ojos molesto.

-Saliendo de tu...clase vas al taller-se alejo de mi caminando a la cocina- y dile a tu amigo que deje de hacer ese maldito ruido-

Abrí la puerta con rapidez y salí de ahí.

-¡Apúrate Chris! Que luego no encuentro donde estacionarme- siguió tocando el claxon varias veces aunque ya me encontraba afuera.

<<Que desesperado>> pensé.

En vez de abrir la puerta, como una persona normal, tenía que saltarla pues aún no la había ido a reparar. Su auto, un Ford Mustang convertible de 1965 era una vil chatarra. Lo compro hace unos meses entre sus ahorros y lo que su abuela le dio pero el pobre carro parecía dar las últimas. No me quejo, desde que lo posee no tenía que caminar a la escuela además de que el tenia carro y yo ni a bicicleta llegaba.

-Deja de hacer eso, al imbecil de Morgan le molesta-golpee mi cabeza con el asiento-Gracias por llegar temprano. Un poco más y no la contaba-

-¿Te volvió a golpear?- pregunto , no quitando la mirada del camino.

Negué.

El solo siguió manejando con algo de molestia en su rostro.

-solo hasta que termine la universidad- anuncié.

Este no era el plan...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora