IV. Prometida

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💙 CAP 4 💙

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Narrador: Sebastián.

Después de aquella noche llena de pasión, amor y lujuria, donde nos entregamos mente, cuerpo y corazón. Varios días pasaron, mi haora Amado Conde yo lo hacíamos casi todos los días por la noche, y digo casi por qué los sirvientes comenzaron a sospechar sobre el por qué me quedaba en su habitación toda la noche, además de que se escuchaban ruidos como gemidos y jadeos, pero aún así no lo dejábamos de hacer, claro, haora teníamos más cuidado sobre dejar que nos escuchemos. Ambos éramos felices juntos, pero había un pequeño problema con nuestra relación, mi Amo ya estaba comprometido con esa estúpida mocosa llamada Elizabeth Midford.

Hoy era un día hermoso, los pájaros cantaban, soplaba la suave brisa de verano, y el cielo era hermoso. Todo era perfecto, pensaba llevar a mi hermoso Condé a un paseo, pero los planes se detuvieron por una visita inesperada, así es, era nada más ni nada menos que esa mocosa de cabellos rubios y risados.

-¡¿Por que está aquí?! -Enojado y con el ceño fruncido dijo mi Amo en su despacho apoyando la cabeza en su escritorio, se le notaba muy enojado por la visita de su prometida, no la quería cerca de el.

-No hay nada que se pueda hacer, será mejor que valla a recibirla. -Dije con un tono Tranquilo y normal, aunque por dentro estaba bastante enojado, solo podía pensar en que esa estúpida y malcriada mocosa se lo llevará de mi lado.

-Pero no quiero verla, solo quiero estar contigo. -Dijo haciendo un pequeño puchero, era tan lindo y tierno. Quería quitarle la ropa y besarlo en ese mismo momento, pero no podía.

-Tiene que ir, después de todo.. ella es su prometida. -Respondí con melancolía, no lo quería dejar ir, pero después de todo es verdad, esa mocosa era su prometida y ella es quién debe estar con el.

-Esta bien, iré... -Suspiro y se levantó de su silla acercándose a mi con una tierna sonrisa en su suave carita. Me jalo de la corbata haciendo que yo quedara a su altura y dió un beso mi mejilla.

-Vamos, yo lo acompañare. -Le dije sonriendo por el beso que me acababa de regalar de sus dulces labios.

-Bien. -Dijo enojado y salió de su despacho dirigiendose hacia el salón principal donde esperaba aquella niña, yo solo permanecía a su lado todo el tiempo.

-¡Cieeeel! -Se escuchó un grito, un fuerte grito proveniente de la mocosa. Se lanzó sobre mi Ciel y lo abrazo.

Mi Amado Joven Amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora