Mi Amado Joven Amo.

VI. Castigo

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💙 CAP 6

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Narrador: Sebastián

Era tarde, estaba a punto de anochecer. Seguía parado dándole la frente a mi Amo esperando su respuesta, no tenía ni la más mínima idea de a quien hiba a elegir, si a mí, o a su prometida.

-Yo.. elijo a.. -Dijo con duda en voz, estaba claro que el amaba a su prometida, lo suficientemente para poder abandonarme a mi.

-¿A quien? -Volví a preguntar, tenia miedo de escuchar su repuesta, a la vez quería oírla pero a la vez no. Temia a que el eligiera a su prometída, solo el pensar que se alejara de mi tenía miedo.

-No lo sé... -Me dijo el en un suspiró, lo único que yo pude hacer fue sentirme decepcionando, pensaba que el me amaba y quería, que siempre estaría a mi lado sin importar que, pero me equivoqué.

-Es un imbécil. -Le conteste enojado, quería llorar pero no podía verme débil, no me lo permitía. No podía creer en su respuesta, nunca imaginé que fuera a dudar sobre su amor, después de tantos Te Amo, te Adoro, nunca te alejes de mi lado, estaremos siempre juntos.., no pude aguantar más y poco a poco deje salir una pequeña lágrima caer por mi mejilla.

-Sebastian, no llores. -Escuche su hermosa voz tratando de calmarme, pero ya no más, no me hiba a dejar engañar de nuevo.

-Lo siento, Joven Amo. -Me si la vuelta dispuesto a irme de hay, quería estar solo y pensar un poco sobre lo que había pasado- Esto se terminó, no puedo seguir  con usted si no esta dispuesto a amarme c-como yo.. lo a-amo... -Comenze a decir con dificultad ya que las lágrimas me lo impedían.

-No.. Sebastián, no me hagas esto. -Me dijo el mientras comenzaba a llorar, quería abrazarlo y consolarlo, decirle cuánto lo amo pero no después de lo que hizo.

-Lo siento, pero no.. -Sali corriendo de ese lugar como un estupido perdedor, corrí hacia mi habitación y me encerré en ella.

Los días pasaban, yo seguía con mis labores como Mayordomo, hacia mis rutinas diarias pero aún seguía muy triste, no podía ver a mi Amo a la cara, se me era imposible. Cada vez que lo vestía o tenía que estar con el evitaba el contacto visual. Justo haora me sentía desesperado, ya no aguantaba más, quería estar al lado de mi amado Conde, decirle cuanto lo amo, cuanto lo deseo, decirle que lo extraño, que lo lamento, que quiero regresar con el.

Estaba por caer la noche, me dirigía hacia la habitación de él para poder vestirlo con sus ropas para dormir. Desde hace unos días me sentia extraño, sentía más lujuria y deseo cada vez que observaba su desnudo y hermoso cuerpo.

Narrador: Omnisciente.

-Joven Amo.. -Dijo el mayor y entrando a la habitación de su Amo sin ningún permiso, rápidamente en cuanto entro se acercó al Conde con mirada perversa.

-¿Quién te dejo entrar? Vete. -Dijo el menor mientras retrocedía para atrás al ver como su mayordomo se acercaba a él con esa mirada, pero chocó con el respaldo de su cama y el mayor se acercó a él acorralandolo.

-Ciel~ tú me perteneces. -Le dijo el demonio mientras le arracancaba sus ropas con desesperación. El Conde no hacía otra cosa más que mirarlo nervioso y asustado, no tenía ni la más mínima idea de lo que hacía el otro.

Después de unos minutos el mayor estaba penetrando a su pequeño Amo con salvajismo. La habitación se llenaba de gemidos placenteros por parte del demonio, mientras que el pobre chico lloraba y rogaba por qué lo dejarán en paz,  el mayor  ya se había corrido más de cinco veces dentro de el, pero aún quería más, el Conde sabía que ya no aguantaría más y así fue, a los pocos minutos callo desmayado por el dolor que sentía en su espalda baja. El mayordomo aún tenía ganas de seguir, tenía todavía más energías pero sabía que su pequeño ya no podía más, simplemente se dispuso a dejarlo dormir.

Continuará...