4. Raunchy

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—Ivan me las regaló —Inició hablando de las flores—. Me pidió que saliera con él y... acepté —Pusó su sonrisa más dulce para no salir regañada de ese asunto.

—Mmm... —Jim siguió con su mirada fija en ella- Esta bien, no me agrada tanto pero sé que no es tan mal chico...

—¡Gracias por entender, papi! —Le dedicó una sonrisa y mientras caminaba disimuladamente a la cocina comenzó a hablar— Yo... Pondré en agua las flores para que no...

—No me haces menso, Jennifer Pauline McCartney —Dijo autoritariamente y con una ceja alzada-. Exigo una explicación.

—Ah —Rió nerviosamente, pensando que aún podía evitar el tema—. Bueno, pues Ivan vino gritando mi nombre y...

—No de Ivan —Entrecerró sus ojos—. Los vecinos me han dicho que estos ultimos días te han visto con John Lennon, y no solamente eso, ¡en su casa! Y todos en Liverpool sabemos perfectamente como es.

—Padre —Dejó las flores en la mesa para hablar más seriamente sobre eso—. Entiendo que pienses así pero, aunque no lo creas, Lennon no es tan mala persona. Se que ha ganado su fama... Pero la gente no lo conoce bien.

—¿A caso sales con él? —Cuestionó un poco alterado y preocupado.

—¡No! Es solo mi amigo —Aclaró—. Él tiene novia y como te acabo de decir, ahora tengo novio. Estuve llendo a su casa porque ahora soy parte su banda, ¿No es genial? ¿No recuerdas todas esas veces que te conté que mi sueño era tocar en un grupo pero no conocía a tantas personas que supieran tocar? A Lennon no le interesó que fuera una chica y me pidió que me uniera a su grupo. No me hagas que pierda esta oportunidad, confia en mí.

—¿Cómo esperas que crea que es un buen chico y que confie en ti si me estuviste mintiendo este tiempo para ir a su casa?

—Si te decía te ibas a enojar y...

—Y ya estoy enojado, Pauline. Me alegra oir que creyó en ti pero no cambia el hecho que me mentiste. Estas castigada, si John Lennon hace que mientas entonces ya no lo verás más.

Abrió la boca y la volvió a cerrar, procesando lo que su padre había dicho— No puedes hacer eso...

—Sí puedo, ahora no me hagas agregarle más cosas a tu castigo.

La pelinegra observó unos segundos a su padre boquiabierta para luego subir las escaleras a un paso furioso. Se encerró en su cuarto y se lanzó a su cama, enterró su cara en la almohada y soltó un bufido. Se sentía realmente enojada... Y triste. Él simplemente no podía. Sinceramente no quería alejarse de su oportunidad en la banda... Y tampoco quería alejarse de Lennon. Aunque seguía sin aceptarlo en voz alta, las ultimas semanas había ganado un gran aprecio (y un poco de cariño) por el castaño. Si bien, podía ser un completo idiota también podía ser asombrosamente agradable, sumando que compartían muchos gustos en común que con nunca nadie había compartido hasta el momento, ni siquiera con George o Ivan.

Siguió lamentandose hasta quedarse dormida. Tenía hambre pero no iba ir por comida hasta que su padre ya no estuviera en la plante baja, no le iba a dar el gusto de verla. McCartney era muchas cosas, incluida orgullosa.

Los rayos del sabado por la mañana comenzarón a molestar a la joven McCartney, quién se levantó un poco más tarde que de costumbre. Después de estirarse un poco, soltó un pesado bufido al recordar la charla que tuvo con su padre la noche anterior.

Se arregló y preparó un poco mentalmente para encarar al señor McCartney, pero cuando estaba a punto de dirigirse hacía abajo, escuchó a su padre conversar con otra persona.  Descendió lentamente las escaleras hasta que dislumbró al joven que se encontraba a un lado de su padre. Sonrió y le agredeció mentalmente, pues al menos sabía que su papá ya no estaba tan molesto gracias a su visita. Había olvidado que saldrían hoy.

Another Girl (McLennon).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora