Another Girl (McLennon).

2. First call.

Bajó el nublado cielo de Inglaterra, en las calles de Liverpool, se encontraba caminando John Lennon junto a un viejo amigo suyo. Habían pasado ya 3 días del aniversario de la iglesia.

—¿Y qué opinas de Pauline McCartney? —Cuestionó John Lennon a su compañero de banda, John Lowe.

—Esta buena —Comentó con una sonrisa.

Lennon rodeó los ojos mientras seguía caminando con su amigo cerca del cementerio. Tenía las manos en los bolsillos de su chaqueta y un cigarrillo en los labios. Estaba cansado de que siempre que preguntara sobre que pensaban de Pauline lo primero que dijeran era que "Estaba buena". Claro que lo estaba, pero en esta vez no era a lo que se refería al plantearse esa pregunta —Sí babotas, pero lo que quiero decir en sobre ella al tocar la guitarra, ya sabes, en una banda.

—Oh, bueno John, debo admitir que si entra a una banda será tremendamente afortunada. La chica es genial tocando y cantando, ¡y sabe afinar guitarras! ¿Tienes idea de cuanto cobran por afinarlas?

—Sí —Sacó una de sus manos para tomar el cigarrillo y soltar todo el humo—. La quiero en mi banda.

Lowe se sorprendió un poco, pero al instante sonrió —Sería estupendo, claro que si ella acepta.

—Es el problema. ¿No te fijaste qué no tolera las bromas verdes? Tendremos que amarrarnos la boca si queremos que entre.

—Es como pedirle a Patricia Inder que no sea ardiente —Negó riendo—, ¿en serio sacrificarás tu diversión por la chica?

—No es para tanto, además sabes que lo único que me interesa es sacar la banda adelante y con ella es casi un hecho que lo haremos. Ah, y una cosa más —Tiró el cigarro al piso y lo aplastó—, queda prohibido tratar de ligarla o andar con ella, no quiero sus estúpidos problemas amorosos en mi banda.

—Como digas, jefe —Se burló—. ¿Una carrera al Strawberry Field?

Lennon no dijo sí, pero al segundo con una sonrisa se lanzo a correr hacia la meta indicada con su amigo tras él.

(...)

—¿Quién habla? —Respondió el señor McCartney tras la linea, golpeando armoniosamente la mesita.

—¿Se encuentra Pauline, señor? —Y sí, aunque John en su vida lo va a admitir, se sentía algo nervioso con la llamada.

—¿Quién habla? —Insistió McCartney.

—Soy John L... owe, compañero de su hija —Tuvo que improvisar. Digo, en aquellos días a ningún padre le gustaba que a su amada hija le estuviera llamado un conocido rebelde mujeriego, y mas tratándose de John Lennon.

—Ah sí, en un momento la llamo.

—Gracias —Susurró el castaño al otro lado de la linea. Al cabo de unos segundos tuvo su respuesta.

—No conozco ningún John Lowe, ¿quién demonios eres? —Conoció la voz de Pauline.

—¡McCartney!

—... ¿Lennon? —La chica estaba algo sorprendida y confundida. ¿John Lennon le estaba hablando a su casa?

—El único —Sonrió galantemente a pesar de estar hablando por télefono—. ¿Cómo te trata la vida, amiga?

Bufó incredula —Nos vemos solo una vez y ya somos amigos, no pensaba que fueras tan confiazudo. Como sea, ¿cómo conseguiste mi télefono?

—Ivan me lo dio, quería pedirte algo.

—¿Qué cosa? —Cuestionó la chica.

—Pauline McCartney, ¿aceptas ingresar con tu talento musical en mi prestigiosa banda? —Formuló la pregunta imitando a un padre ceremonial.