Cierro los ojos y respiro profundamente.
Las imágenes empiezan a formarse de nuevo por detrás de mis párpados, distorsionadas, mezcladas entre ellas, transicionando de la una a la otra rápidamente y confundiendo aún más a mi cerebro.
Respiro hondo de nuevo.
Ahora veo perfectamente el fuego. Oigo cristales rotos golpeando el suelo, disparos, sirenas, gritos, música... todo a la vez. El coche está boca abajo, ardiendo y rodeado de hombres armados.
Ahora veo el salón. No hay nadie, sólo un libro abierto sobre la mesa, pero el fuego sigue ahí, en la chimenea. El fuego y la sangre. Sigo escuchando los gritos y las sirenas, pero sé que no son reales. No están aquí, eso ya se ha ido.
El funeral. Huelo las flores, la escucho cantar desde lejos, y la veo pálida, fría, descansando finalmente en paz sobre un lecho blanco y mullido. Alguien ha dejado una rosa de su color favorito sobre el ataúd, y estoy seguro de que ha sido Frank. Le oigo llorar, está justo detrás de mi.
Por encima de los llantos escucho mi nombre. Primero suavemente, y después un poco más fuerte.
-Gerard.
Abro los ojos y le veo sentado al otro lado de la mesa, serio. Me pone una mano en el hombro que me devuelve a la realidad. Siento las esposas apretando mis muñecas, el frío del metal rozando mi piel, y suspiro. Miro alrededor, recuerdo dónde estoy y me centro. No puedo demostrar fragilidad.
-¿Estás bien? -Me pregunta amablemente- ¿Empezamos?
-Sí.
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Revenge
RomanceFrank Iero se ve envuelto en la sed de venganza de su paciente, Gerard Way, tras el asesinato de su familia y su prometida: Helena Iero. Dispuestos a todo, doctor y paciente recorrerán un camino turbulento para encontrar a los que les arrebataron la...