An Idol in my house! ✾ myg

nine

-Enserio, no era necesario... -Dije mirándolos a todos con ternura.

-¡Seokjin nos tuvo como cinco horas para hacer esto! ¡Acéptalo! -Gruñó Yoongi.

Bueno, les cuento...

Hoy, como ya se deben imaginar, es uno de los días más tristes de mi vida. Estoy preparándome para el entierro de mi abuela. Alguna vez me imaginé en esta situación, sí que lo he hecho. Pero fue tan pronto... fue tan de repente... Ni siquiera pude reaccionar a su infarto. Así que los chicos, bueno, Seokjin los obligó pero todos me trajeron cartitas.

-Nunca imaginé que harían esto por mí, enserio, muchas gracias chicos. -Junté las siete cartas, dándole un beso en la mejilla a cada uno-. Bueno, chicos, debo irme. Ya saben donde...

-Tranquila, te acompañaremos. -Habló Jimin, siendo tierno como siempre.

-¿Lo haremos? -Preguntó Jungkook confundido.

-Namjoon, te dije que le dijeras a todos. -Gruñó Jin.

-Bueno, cuando les avisé, Jungkook estaba barriendo la sala. -Se excusó Namjoon.

-Yo tampoco sabía. -Confesó Hoseok y Seokjin miró a Namjoon esperando otro argumento.

-¿Me creerás si te digo que ambos estaban barriendo la sala? -Preguntó Namjoon con miedo.

Yo largué una carcajada-. Chicos, por favor, no se molesten... -Les dije débil pero sonriente.

-No, te acompañaremos. -Volvió a decir Jimin con una sonrisa y me abrazó.

Yo no dudé en corresponder a su abrazo-. Gracias, Jimin.

-Bueno, creo que deberíamos irnos... Si ________ quiere ir ahora, nos vamos ahora. –Habló Yoongi mostrando su semblante serio, muy serio, como si en vez de una sugerencia, fuese una orden.

-Yoongi tiene razón. –Afirmó Seokjin.

-Bueno chicos, pero... ¿Realmente quieren acompañarme? Digo... Es lejos y está lloviendo. No sé si les convenga. –Susurré algo desconcertada; no quería darles lástima.

-Se me calla, señorita. ¡Nos vamos a ese velorio ahorita! –Habló Seokjin tomándome de la mano, llevándome al auto en donde todos los chicos de Bangtan se manejaban.

Entré algo tímida. Seokjin me dijo que me subiera como copiloto, simplemente le hice caso sin chistar. No estaba de ánimos para discutir y menos por una estupidez como esa. Me sentía débil, sin gracia alguna, y eso que ayer había estado mejor. No pensaba en nada más que ir allí, desahogarme frente a ella, a lo que fue, y luego dejar todo el amor que aún me queda, en su cajón.

Miraba por la ventana; ya habíamos entrado por la carretera, por lo que llegaríamos más rápido al lugar de entierro. Ya había pasado el momento de depresión. Ahora llegaba el momento de la aceptación, de asumir que todo había pasado; pues, la pérdida de un ser querido no se supera, se aprende a vivir con ello. Se aprende a vivir con la falta. Es difícil, pero no es imposible. Sé que estaré muchísimo tiempo tratando de reemplazar esta amargura por alguna otra emoción que me mantenga estable, que me mantenga de pie para poder salir adelante...

(...)

Llegamos al lugar del entierro...

El cajón blanco, mi familia llorando, yo sabía que todo este circo era falso. Mi tía y todos los demás eran unos malditos millonarios que solo aparentaban pena y dolor por mi abuela. Si ellos tienen tanta plata, tantas mansiones y todo eso, ¿Por qué nunca me ayudaron con mi abuela? O quizá, ¿Por qué no la cuidaron por mí? Yo apenas y podía con todo, apenas y tenía dinero para la comida de ambas, más la de Yoongi...

Quería que todo este dolor y esta hipocresía se detuviera de una maldita vez...

-________, ¿Te encuentras bien? –Preguntó Yoongi, sorprendiéndome. Él jamás se preocupaba por mí.

Y eso me hizo quebrar en llanto...

Mis piernas temblaron como gelatina y caí al suelo.

-¡ABUELA! ¡¿PORQUÉ TE FUISTE?! ¡ABUELAAA! –Empecé a gritar sin consuelo, sin un límite asegurado; solo buscaba mi desahogo.

-¡________! –Gritaron los chicos y me acogieron en un cálido abrazo, entre lágrimas y angustia.

(...)

Habían mimos que me calmaban. Y esos, los daba Min Yoon Gi.

Sí, realmente habían momentos en los que no sabía qué carajo sentía por él.

Es que me daba razones para sentirme atraída, o para negarme a estar con él de alguna forma que no sea amistad, o lo que sea que nos denominemos el uno al otro. Ni siquiera sé que es lo que cree él de mí. Y ahora estaba tan shockeada, tan en otro mundo que mi mente no quería descifrarlo.

-Y-yoongi... -Susurré y lo miré-. Gracias por todo, ¿Sabes? Tú y los chicos... me hacen tan feliz...

-Relájate, ¿Va? Este es el momento en el que tú te duermes en mis brazos... -Susurró dulce.

-Yoongi...

-¿Sí?

-Bésame... Por favor...

...

¿Quieren saber que sucedió o es muy obvio...?