02. Aquel lugar

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Me enamoré de ti, me ilusioné y no es raro, estas cosas siempre pasan. Cuando roce tus labios por primera vez, cambiaste mi vida por completo. No me olvidaré jamás, de todo lo que vivimos allá, en aquel lugar, amor. Volverás, volverás, yo sé que volverás.

Sigo sin entender el por qué ignoras mis mensajes. ✓✓

Duele saber que en un punto llegué a ser una persona importante en tú vida ✓✓

Pero tranquila, no volveré a enviar un mensaje ✓✓

Finn, esto está mal. Lo siento, te veo como un amigo. ✓✓

Espero algún día puedas perdonarme. ✓✓

Y también olvidar ese beso. No era yo, fue un error. ✓✓

Es fácil para ti, porque no te usaron. ✓✓

Ignora todo, Millie. Tienes razón, fuiste un error. ✓✓

El de rizos volvió a guardar su celular, por tercera vez en la noche. Dos de la mañana y aún sentía el nudo de su garganta, el dolor de cabeza aumentaba como los segundos que pasaban, mientras sentía los ojos picarle, entre una mezcla de sueño y un poco las lágrimas que deseaban salir. Era débil.

Hasta cierto punto, Finn se sentía liberado. Por unos simples mensajes de texto le estaba demostrando que ella no era tan importante en su vida, aunque también se encontraba consiente de que era mentira.

El amor era duro, cuando no era correspondido. Dolía como los mil infiernos y hacía que uno repensara todo. ¿Valía la pena esa persona? ¿Dónde quedaba el final feliz? Dos, tres, cuatro preguntas sin responder, misterios de la vida o de un joven con el corazón roto.

Cuando era pequeño experimentó esos dolores, viendo la separación de sus padres. Nick, su hermano, en aquel entonces le aconsejaba que eran cosas que pasaban; palabras de aliento que él no comprendía y pensó que lo haría al crecer. 19 años y aún estaba en la espera de entender.

Deseo con todas sus fuerzas tener un botón para volver unos cuantos capítulos atrás. Borrar ese error y salir con el corazón salvo y sano, pero no era posible.

Besó a Millie Bobby Brown en aquella fiesta de la facultad. Un momento íntimo, para él. Borrachera, para ella.

De un momento a otro se encontraban bailando, pensando que las cosas por fin estarían bien. Era la primera vez que él bebía, no era experto, pero sabía que no era normal la felicidad que desbordaba su cuerpo y menos que la castaña estuviera junto a él. Menos si Noah no se encontraba ahí, pero decidió no hacerle caso a ese sentimiento y disfrutar de la velada. Ambos se movían al son de una canción latina, no le encontraba lógica, pero era la cosa más divertida en aquel momento. También la más caliente.

Sentía las caderas de la chica rozar las suyas, mientras envolvía las manos en su cuello y él las posaba en su cintura. Los dos sonreían como dos idiotas, susurrándose al oído, no se daban cuenta lo tontos que se veían bailando cuando no sabían más que el uno, dos, tres y vuelta. Ignorando si los demás hablarían de ellos o si el mundo seguía girando.

Finn se sentía plenamente feliz, él juraba que no se olvidaría de ello. Guardaría cada momento en su memoria, como el más especial. Oh, vamos. Era su primera fiesta de universidad, era normal pensar así.

Las cosas iban bien, todo ese encontraba en la normalidad. Hasta que a Millie se le ocurrió ir por más bebida, otra cerveza más, el jardín se encontraba solo y la luz era escasa. Fueron tantas cosas, no lo esperaba. Primero fue un suave roce en su mentón, después él se encontraba tomándola de la cintura, acercándola lo más que podía, bajando un poco la cabeza, buscando a tientas sus labios... y ocurrió.

Debía ser sincero y no contar el dulce e inocente beso que dio en primaria. Este era su primer beso real.

Tal vez no explotaron los fuegos artificiales, ni era el escenario más romántico en el mundo, pero se sintió bien. Aquel roce húmedo, caliente y tímido al principio fue lo mejor. Después se volvió en una lucha de poderes, mientras sentía las manos de la chica vagar por sus rizos, apretándolos suavemente, provocándole la más tierna sonrisa. Cayó.

Millie mordió su labio inferior, acelerando el beso, como su corazón. Si se sintió en las nubes, pero ella le hizo caer rápido. De un momento a otro se separaron, buscando el aire que hacia falta en sus pulmones. Poco después la sintió tensarse en sus brazos, para ver como se alejaba de prisa. Ahí fue cuando se dio cuenta que la cagó o eso pensó mientras ella se marchaba.

Esa noche la buscó por toda la casa, dándose cuenta de todos los contras que no consideró mientras la besaba. Ella es la novia de Noah, no su novia. En ese momento el peso del mundo le cayó encima.

El peor amigo de todos.

Pero Noah tampoco se salvaba. Él fue la primera persona que supo de su enamoramiento por la chica, él que le aconsejó. No estaba libre de culpa, pero tampoco hacía sentir mejor a Finn.

Al ver que no encontraba a la chica, salió de ahí. Le dio su espacio. Por ese fin de semana se dedicó a pensar y creía que todo se solucionaría. Hasta que entro a Instagram y todo se jodió. Ella posteó una foto con Noah, recordándole que lo suyo no fue algo importante. Vio la foto varias veces, sintiéndose mal y no lo analizó.

Envió el primer mensaje y de ahí le siguieron más. Se sintió usado, frágil y adolorido.

Ella respondía y también lo borraba de su vida.

Pasó una semana.

Y ahí estaba, nuevamente leyendo esos mensajes. Fue a su cuenta de Facebook, ella le había eliminado. Pasó a Twitter, unfollow. Le quedaba Snapchat, aún aparecían sus historias y por último Instagram. Él dejó de seguirla.

La superaría. Claro que lo haría.

Millie así lo quiso, así se haría.

Después de todo, él no fue quien la ignoraba en la escuela. No fue quien rompió con la amistad.

Solo fue un tonto enamorado más.

Locos ;; Fillie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora