Advertencias.
Este no es un capítulo como tal, más bien el punto de vista ante el tema de la friendzone y cómo es que debemos tener en cuenta para comprender el contexto. Quizá sólo es mi punto de vista y la manera en cómo me encuentro y deseo expresarlo, mi manera de soltarlo. Así que, acá se los dejo. Más tarde subiré el capítulo como tal.
EL OTRO LADO DE LA FRIENDZONE.
El mundo siempre querrá lo opuesto a lo que uno desea. Si tú quieres estudiar filosofía muchos dirán que morirás de hambre. Si a ti te gusta vestirte de negro, otros opinarán que el rosa es más femenino y te sentará mejor. Y así mismo con las relaciones. Si a ti te gusta el tipo raro, no. Quédate con el mejor amigo, que, aunque veas cómo hermano, él te querrá por sobre todas las cosas.
Así me encontraba en esos momentos. Injusto, incómodo e irritante. En algún momento te sientes comprometida, quieres que la otra persona no sufra, pero te da miedo rechazarla; piensas más en sus sentimientos que en los tuyos y quieres parar aquello de cualquier manera, así sea creando una historia mejor que los guiones que presentan en Los Oscar. ¿Cómo sucede aquello?
Un día, estás ahí. Totalmente tranquila, leyendo en internet cualquier artículo tonto o viendo alguna serie que guardaste en Netflix para que después empiecen a llegar los mensajes del que consideraste tú mejor amigo. Sabes que las cosas cambiaron, tienes esa presión en el pecho que indica incomodidad, ya no es placentero responderle al momento, simplemente deseas que pase con todas tus fuerzas. En un momento te preguntas, ¿así se habrá sentido el chico que me gustaba? Y piensas con vergüenza qué tal vez sí. Intentas ignorar ese sentir y respondes los mensajes lo más normal, haces chistes e intentas ya no ser tan cariñosa. Aquello también duele, porque sabes que no es grato.
Quieres que todo vuelva, que las cosas sean como antes.
Imposible, já.
Parece que más se burla el destino cuando lees el próximo mensaje en tus notificaciones, otra vez corazones. ¿No puede enviarme un meme? ¿Volver a ser grosero y pensar que es cool eso? Aquel trato fraternal se fue, para dar pie al de conquista.
Ahí es cuando piensas en todas las situaciones que pudo malinterpretar. Niegas un par de veces, algo dudosa envías mensajes a tus amigas preguntándoles si les había pasado algo similar, muchas afirman, otras niegan. Vaya que es complicado.
Dejas el celular de lado, piensas en mil maneras de no espantarlo; piensas primero en él que, en ti, por la simple razón de que lo quieres como un hermano, como tú mejor amigo.
La friendzone, ¿no? Ahí te das cuenta como es la otra cara de la moneda y notas que tampoco es placentera como muchos piensan.
Tratas de pensar positivo, diciéndote que pronto todo cambiará y volverá a la normalidad.
M E N T I R A.
Pasan los días y en cada uno de ellos recibes los buenos días de tu amigo. Te sientes exhausta y extraña, quieres pararlo sin dañarlo, ideas miles de frases que decir e incluso empiezas a recalcarle en cada mensaje el "mejor amigo" uh, a eso hemos llegado.
Pierdes el interés poco a poco, duele admitir que no te gusta esa situación y en vez de sentirte halagada como lo hacías en la anterioridad con otras personas, te sientes cansada. Cansada de que las cosas se desborden frente a tus ojos.
Notas más cambios en él. Empiezan a abundar los "te quiero" y ya no está la sensación cálida de fraternidad que sentías al leerlos, no. Ahora sólo deseas eliminar eso.
Un día tu amiga te aconseja que hagas y pones en marcha aquel plan. No es nada difícil fingir que te gusta alguien más, subir fotos con algún amigo y hacerles creer a los demás que estas en algo con esa persona. Muchos creerán que es un acto cobarde por no enfrentarlo, pero es todo lo contrario. No deseas lastimarlo.
Ahí empezó ese absurdo juego. Fingir con alguien a quien le contabas absolutamente todo. Atas cabos y te das cuenta que se pone celoso, aquello te resulta irritante y esperas tan sólo no explotar.
Tienes en claro que no le gustas porque exista atracción o química, sino por su miedo de estar solo y aquello te desconcierta. Quieres hacerle ver que algún día encontrará a alguien increíble y que le quiera como es necesario. Deseas que eso pase pronto, exacto, otra vez el mismo deseo.
Quieres creer que puedes contar con él de nuevo, pero no sabes manejar sus sentimientos, no sabes en qué momento lo podrías herir o si contarle sobre algún tema que en el pasado era tonto podría incomodarle. Ya nada es lo mismo y lo sientes.
Tan sólo un día ya no deseas seguir con eso y dejas de contestarle los mensajes y ahí es cuando todo se va por un tubo.
Siempre solemos juzgar al que nos deja en la "zona del amigo" pero nunca pensamos en cómo es que se siente la otra persona. Porque así es, un proceso incómodo, más cuando tú estás consciente que es sólo eso, tú amigo.
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Locos ;; Fillie.
FanfictionLa locura nunca se había sentido más sana, no cuando se podía olvidar de los problemas. Eso pensaba, mientras me volvía loco, pero loco por ti, Millie.