II

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La historia de hoy no es nada agradable, menos aún para la persona (cuyo nombre no voy a nombrar) que fue realmente la más perjudicada.

Si un demonio se acopla a ti, es increíblemente difícil de despegar.Hay causas diferentes, puede ser porque tú tienes algo que el desea, ya sea tu alma, tu vida, tu cuerpo, tu pureza...Porque has entrado a algún lugar donde no deberías haber estado y se escapó contigo. Si lo has enfurecido (aunque no hayas tenido esa intención). O simplemente por su propia diversión.

Sobre todo si estás pasando por un mal momento, en el sentido emocional se aprovechan de cualquier debilidad o defecto para poder controlarte. También si tienes malestar físico, digamos una enfermedad o herida graves. 

Por ello la mayoría de las personas que son poseídas son niños pequeños, ellos son perfectos, aún no tienen la suficiente fuerza de espíritu para vencerlo y la mayoría de adultos no les creerían si les dijeran lo que sienten.

  Gracias a mi don ya había conocido a personas que eran entendidas del tema, yo a veces les ayudaba a documentarse con mis experiencias. Y ellos me ayudaban con cosas con las que aún no sabía como luchar.  

Fue hace un año más o menos, yo tenía 19 años, últimamente había notado demasiada actividad a mi alrededor (al poder verlos siempre tengo algunos cerca pero esa vez era diferente) sentía que pasaba algo, y era grave.

Esa mañana, en el instituto ya vi una extraña sombra en una esquina de la clase. Para algunos parecería la sombra del proyector que hay colgado en el techo. Pero para mí no.
Tenía forma humanoide, pero sus extremidades eran largas y finas. Y si te fijabas bien se podían ver unos ojos negros, casi tan negros como la misma sombra pero su pupila de cabra los delataban, estas eran mucho más oscuras, tanto que parecía que dentro de ellas se encontraba un pozo sin fondo hasta el mismísimo infierno, sumido en la oscuridad más absoluta.

Y lo peor de todo era que me estaba observando, cada uno de mis movimientos era seguido por él. 

Me empecé a sentir mal, era como si me estuvieran apretando el pecho muy fuerte, tanto que estuve a punto de desmayarme en mitad de la clase. Por suerte el profesor se dio cuenta y pude irme a casa.

Esa cosa era realmente maligna, había sido mandada para hacer daño y era poderosa, ya me lo había demostrado.



Bueno bueno, la cosa se pone interesante...

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