no pretendas engañarte,
niñe de alas cortadas,
sólo vos comprendés
el efecto de la lluvia;
sólo vos recordás,
como si hubiera sido ayer,
el día, los días, cada momento
en que tu inocencia fue
vulnerada, golpeada,
humillada y forzada;
cómo fue marchitándose
muy de a poco, cómo fue muriendo.
aunque les demás no lo vean,
vos podés sentir en tu piel
esa violencia, esa impotencia,
esa culpa por ser como sos.
no estás segure de qué es real y qué no,
no estás segure de qué hecho es producto de cuál otro,
no tenés idea de por qué te tocó sentir lo que sentís.
pedís ayuda, no sirve de nada.
sólo vos sabés, que en el fondo
no la querés.