Capítulo III: Ilusión Oscura...

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Yocal se encontraba reflexionando cómodamente en un enorme sofá, dentro de un lujoso y amplio salón que se encontraba dentro del castillo.

- Creo que la niña está preparada, todos los alimentos que ha consumido promueven una mayor eficacia al momento de producir ATP, pero necesitamos un impulso más, energía que emana del cuerpo humano, tal parece que la niña ha producido muy poca, apenas y puedo sentirla.

Sin embargo ahora que he identificado qué tipo de energía posee, puedo explotar al máximo cada una de sus células.

Células... Hace tiempo que mis células dejaron ser ellas mismas, sigo preguntándome cómo era el poder sentir las emociones, Marco... Mi pequeño niño, el que le daba sentido a mi vida antes de... simplemente es imposible no recordarlo a cada momento, ha pasado tanto tiempo desde la última vez que lo tuve entre mis brazos, la niña me recuerda bastante a él.

Y ahora soy una estructura que alberga energía, simplemente energía, supongo que es el precio para vivir por siempre. Aunque desde que toqué la sangre de Millenia aquella vez que la dejé inconsciente he notado un comportamiento un tanto inusual en mí, justo como si por momentos fuera humana de nuevo, debo revisar las hojas del Picatrix para descubrir qué significa ésto.

En cuanto a Millenia, es mejor que me apresure a convertirla en nuestra marioneta o puede que sea el fin de nuestra raza.

Yocal pronto recordó algo de su vida pasada... Volvió a cerrar sus ojos y dio un gran suspiro, todo se tornaba borroso y después comenzó a hacerse realidad aquella experiencia que marcaría por completo la vida de aquel ser azul.

Un cuarto lúgubre lleno de libros esotéricos era el escenario esta vez, algunos de ellos de portadas bastante extrañas, muchos tenían símbolos que simplemente eran indescifrables, Yocal se encontraba justamente ahí porque era General de ejército de su tropa y tenía la posibilidad de acceder a diferentes sitios de la base militar a la que ella pertenencia, a pesar de que había estado en los lugares más deplorables, jamás había visto alguno como aquel.

Pero ese sitio era especial, pues resguardaba el secreto para finalizar con la guerra, la elegida para llevar a cabo los planes de traer la paz, era la General Yocal, quién tenía gran poder sobre la guerra, desafortunadamente tenía poco tiempo pues sabía que nunca ganaría sin ayuda de algo que estuviese más allá de las capacidades humanas, así que decidió ejecutar el plan alfa.

Dicho plan establecía que solo debía ser utilizado estrictamente cuando se registrara un descenso en cuanto a vidas humanas. La general estaba más que decidida a ejecutar el plan alfa, pues no solo garantizaba la paz entre humanos, sino que también los ayudaría a encontrar la verdad absoluta y engrandecer cada uno de los aspectos en su vida terrenal.

Sin darle tantas vueltas al asunto la general Yocal comenzó a buscar el libro para lograr su acometido, pero le era muy difícil encontrar el libro correcto, porque las pastas de todos los libros eran la misma, lo que provocaba una sensación de estar observando el mismo libro cada que sus ojos cruzaban con una pasta nueva.

Pasaba el tiempo y la Teniente estaba frustrada, desesperada, y a punto de explotar por no encontrar el maldito libro, la única referencia que tenía para encontrar el libro era un papel con el siguiente escrito: غاية الحكيم solo así podía distinguir que poseía el libro correcto en sus manos.

Parecía imposible encontrar el libro para Yocal, comparó libro tras libro tras libro, pero para este punto simplemente la furia que la acompañaba provocaba que su cabeza tuviera un dolor insoportable y constante que jamás se iba.

Maldijo a su Capitán general por encargarle ejecutar un plan de tal magnitud, pues de ella dependía el futuro de la Europa feudal.

- Ese hijo de perra me manda a buscar algo que ni siquiera existe, ¿¡así pretende acabar con esta mierda!?.
Puto anciano para eso lo quería.

Aquella exploración por encontrar el libro correcto no cesaba, parecía no tener fin, hasta que pronto Yocal vio el papel de un libro bastante pesado, y al darse cuenta que seguía perdiendo el tiempo lo aventó con todas sus fuerzas provocando que otros libros cayeran de una enorme repisa, encontró uno que llamo su atención pues una de las hojas decía: Obtención de energía a partir del cosmos.

Aquella exploración por encontrar el libro correcto no cesaba, parecía no tener fin, hasta que pronto Yocal vio el papel de un libro bastante pesado, y al darse cuenta que seguía perdiendo el tiempo lo aventó con todas sus fuerzas provocando que o...

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El título de la obra era "Picatrix" y a un costado encontró la palabra: غاية الحكيم llena de sangre.

- Yocal, Yocal, ¡YOCAL! actúas de una manera muy extraña, ¿Qué tienes eh?

Tan pronto como la timenoid azulada escuchó aquella voz que detestaba tanto, su visión-recuerdo se esfumó por completo.

- ¡Tranquilo! Pensaba en el futuro de la niña Raymond

- Jajajaja ¿con los ojos cerrados? qué profunda eres, más te vale que a la siguiente me contestes con mejor tono y sin estar durmiendo, eso déjaselo a las ratas humanas.

¡Dirigirte al salón de la supremacía, el rey Eclypse requiere tu presencia de inmediato!

- Ya voy Raymond.

Raymond miró muy antipático a Yocal y pronto el intimidante Timenoid desapareció con una teletransportación.

- Debo tener más cuidado al tener estas visiones o pueden descubrir mis objetivos. Pensó Yocal en su cabeza. En cuestión de segundos se teletransportó para averiguar qué le tenía que decir su majestad.

Tan pronto como el vestido rojo de Yocal tocaba el piso en aquél opulento salón, el rey Eclypse la recibió con un un saludo desde su silla, la cual parecía darle un cargo importante pues tenía el aspecto más pomposo que una silla pudiera tener.

- Hola Yocal, ¿tienes unos minutos?

- Claro su majestad.

- Bien, seré directo, sé que has estado recordando tu vida como humana.

- ...

- Dime una cosa, ¿te arrepientes de haber obtenido la vida eterna y enseñarle el camino a estos insignificantes humanos? Porque si es así sabes que puedes ir con la divinidad en cualquier momento para que te quite este magnífico poder que se nos fue otorgado.

- Su majestad, tengo claros mis objetivos, deseo servirle a usted y a la divinidad para eventualmente cumplir mi deber y traer con nosotros el nuevo orden mundial.

- La divinidad tiene altas expectativas de tu proyecto Yocal, está esperando impaciente su regreso, sabes que no podemos fallarle.

- Claro su majestad, estoy totalmente consciente de eso.

- Espero que no pienses hacer cualquier tontería que comprometa nuestros fines mi estimada Yocal.

Cierto... y hablando de eso, últimamente he notado un comportamiento de disgusto en los humanos hacia nuestra raza, no suena descabellado que en poco tiempo quieran intentar algo en nuestra contra, esos humanos, siempre en búsqueda de desafiar a cualquier autoridad que los eduque, ¡jamás estarán satisfechos!

Debo advertirte que deberé tomar TODA tu energía si eso llegara a pasar, pues esos humanos tienen la única cosa que nosotros jamás podremos tener y no podemos arriesgarnos a que usen su única arma en nuestra contra.

- Descuide su majestad sus ordenes son mi prioridad en todo momento.

- Excelente Yocal, lo mejor será comenzar con el proyecto lo pronto posible, puedes marcharte.

- Entendido su majestad.

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