Capítulo IV: Sentimiento

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Aquel viejo rey con piel arrugada y azulada, ojos cansados, enormes ojeras y un montón de canas imponía mucho respeto a Yocal y los demás Timenoids que habitaban el castillo.

Todo aquel que lo miraba sabía que sus ojos reflejaban una paz y una calma inigualable, no era difícil darse cuenta que aquella estructura azúl no temía a nada ni nadie, pues todo aquel que tenía contacto con el rey sabía que podía ser exterminado en cualquier momento.

Yocal sabía que aquel rey no tenía ni un pelo de tonto y era probable que conociera al pie de la letra sus planes, era un hecho que era demasiado tarde para intentar cualquier movimiento.

Era necesario echar un vistazo al Picatrix pero eso para nada era una opción pues si el rey Eclypse descubría a Yocal, ella sería mandada con la divinidad y sería el fin tanto de su mayor anhelo, como de su existencia.

Tan pronto como se dió cuenta de la actual situación, unos segundos después del inicio de la conversación con el rey Eclypse, se dio cuenta que tenía que obedecer al rey hasta que tuviese una pequeña oportunidad para lograr su verdadero objetivo.

Una vez que finalizó la conversación entre ambos Timenoids, Yocal salió del salón de supremacía con una teletransportación, como siempre reduciéndose a una pequeñísima esfera de color azul y desapareciendo rápidamente.

Llegó a su destino, un salón con una fuente de agua totalmente clara, tan clara que se podía beber, también habían enormes paredes de mármol que resaltaban la belleza del lugar. Yocal ya había pisado anteriormente estos pasillos pues siempre encontraba un Timenoid resguardando el lugar, su viejo viejo amigo "Dusk".

 Yocal ya había pisado anteriormente estos pasillos pues siempre encontraba un Timenoid resguardando el lugar, su viejo viejo amigo "Dusk"

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- Hola Sacerdote Dusk.

- Hola Yocal, es un gusto verla.

- El gusto siempre es mío sacerdote.

- Y bueno ¿cuál es el motivo de su agradable presencia?

- Bien, me gustaría que comencemos con la ceremonia en cuanto traiga a la pequeña, claro si no tiene ningún inconveniente Sacerdote.

- Por supuesto que no Yocal, empezamos cuando usted me indique.

- Me parece perfecto sacerdote, en unos momentos regreso con Millenia para dar comienzo a tan importante evento.

- Por supuesto Yocal, aquí te espero.

Yocal sabía que no tenía por que entregar a Millenia tan fácilmente, pues la estaría condenando de por vida a lo que ella está sufriendo, ser un super humano esclavizado por cosas que van más allá del entendimiento humano. Sin embargo sabía que su paso para ser una Timenoid no estaba completado y tenía los conocimientos para revertir muchas de las etapas que se necesitan realizar para ser un esclavo de la divinidad, un super hombre, un Timenoid. Entonces Yocal accedió a seguir con los malévolos planes de los Timenoids.

Salió de aquel salón con paredes de mármol y se dirigió al salón del silencio donde había dejado a la pequeña Millenia, esta vez lo hizo caminando pues Millenia no estaba muy lejos.

Paso a paso Yocal sabía que un momento importante estaba a punto de ocurrir, estaba totalmente consciente que no era lo correcto pero no tenía opción. Dio un paso más y por fin llegó al salón del silencio, no había puertas en aquel salón así que de su cabeza emitió un Quickflash que le permitió crea una puerta temporal para entrar al salón. 

Una vez dentro vio a la pequeña Millenia jugando dentro del salón, una risa juguetona emanaba del castillo y se podía ver a Millenia con una sabana como capa, justo en ese momento Yocal pensó en su hijo Marco, pero tenía que ser fuerte y comenzar con el ritual. 

- ¡Millenia! Hola ¿cómo estás?

- ¡Yocal! ¿por qué me dejaste sola? este lugar es muy extraño algunas veces me siento muy extraña.

- Te has sentido triste, es eso. También has sentido miedo, no te preocupes es muy normal experimentar todo eso en este salón.

- Yocal déjame ir por favor, por favor, ya no quiero estar aquí, no me gusta estar aquí, quiero regresar con mis padres y con Keith, aquí me tratan muy mal, no puedo dormir bien, me asustan las personas azules como ustedes, y además me tratan mal me dejan sola, y me gritan diciéndome que soy una estúpida, YA NO QUIERO ESTAR AQUÍ LLÉVAME A MI CASA.

Millenia abrazo una pierna de Yocal como muestra de afecto.

- .... Millenia, eres igual que yo...

- ¡No! yo no soy azul 

- Lo siento pero tienes que venir conmigo 

- Nooo déjame en paz no quiero saber nada de ustedes ni de este lugar feo.

- No me lo pongas más difícil querida.

- Por favor Yocal, por favor, por favor, por favor... déjame salir ¿sí?

Yocal sintió en ese momento algo que creía haber perdido, un sentimiento de tristeza y ternura mezclados, la lástima.

- Millenia no puedo hacer eso lo siento mucho, tus padres fueron claros al decirnos que debes estar aquí, sé que no la estás pasando bien, te ofrezco una disculpa, pero después de esto estaré más tiempo contigo ¿sí? 

- ¡Ahh! ¿entonces no me puedo ir? ¡jamás voy a salir de aquí! nunca voy a ver a nadie que quiero, además ya sé que tú me mientes, mis papás nunca dirían eso.

Yocal comenzó a hartarse de la niña y uso de nuevo un Quickflash para llevarla de una buena vez con su amigo Dusk a empezar el ritual.

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⏰ Última actualización: Mar 10, 2018 ⏰

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