Realmente debo de aceptar que he llegado a un punto de mi vida en el cual debería de saber a que riesgo me estoy enfrentando.
El tren iba sobre las riendas con un peculiar ruido que no solo me daba dolor de cabeza, sino incrementaba mi ansiedad de lo que iba a pasar. Nunca me consideré como un chico temerario, siempre fui callado y reservado pero si hablamos de debilidad seria que mi temperamento es fácil de despertar.
Aquel chico, debo de admitirlo, supo como sobrepasar mi paciencia, era algo muy fácil lo que podía hacer, sin embargo, ¿Porqué tanto empeño para conocerme? Mi persona no era aún una celebridad, tampoco quería ser pesimista, pero no creía que dentro de poco sería un novelista conocido a nivel mundial, simplemente era un novato.
Debo de admitir que aún sigo sorprendido por mi repentina acción, me costaba similar cosas y el tren no era mi medio de transporte favorito para pensar. Los descuidados asientos que rechinaban al moverte, al igual que su incomodidad y sorprendente manera de hacerte doler el cuello en menos de una hora, era obvio que los trenes eran de lo peor a la hora de viajar. O quizás solo he tomado el tren más barato. No podía quejarme, el desconocido fue muy amable al comprarme los boletos y también al ofrecerme luego su departamento para quedarme, sin embargo, opté por lo ideal y reserve una habitación de un hotel por si cualquier inconveniente sucediera.
Al ver los árboles pasar, al igual que los magnificos paisajes, se me era imposible no pensar de como sería aquella persona ¿Se trataba de alguien mayor realmente? ¿O era un simple niño jugandome una broma? Todo era confuso, pero a la par me moría de ganas por saber que podría pasar.
Mis dudas fueron cesando una vez al ver los edificios de Tokio, era mi primera vez y recorrer la ciudad con alguien que ya conocía cada rincón del lugar me hacía sentir aliviado. Una vez que el tren se detuvo pude respirar nuevamente como lo hacia, lo sofocante ya había desaparecido y la incertidumbre tomó su lugar.
Con pasos cuidadosos fui bajando del tren, con la mirada puesta a los alrededores, con la misión de encontrar a una persona con mi nombre en un papel.
Un chico de aproximadamente 20 años apareció, con una sonrisa bastante amplia y con jeans desgastado, lo primero al verme fue gritarme "Anteojos-kun" y al oír eso sabía que aquel desconocido era un completo idiota.
N/a: ¡Gracias por apoyar la historia! Me hacen muy feliz con los comentarios. Nos leemos en el próximo capítulo ♡

ESTÁS LEYENDO
Letters || kurotsuki
FanfictionTsukishima envía una carta a la dirección incorrecta, y el resto es historia.