La idea del departamento de Kuroo-san en mi cabeza era de un tremendo desastre, entonces ¿Porqué todo esta totalmente limpio y arreglado?
Había pasado dos horas desde que había llegado, decirle a mi madre que iba a Tokio resultó más fácil de lo que pensé, con tan solo mencionar que me quedaría con Kuroo ella ya se encontraba empacando mi maleta. Akiteru por su parte se dedicó a soltar pequeños bufidos de desaprobación, Kuroo a su parecer lucia como un delicuente, pero tampoco lo negaré, a primera vista lo era.
En Tokio la nieve había llegado, el frío era intolerable, de tanto frío mi nariz comenzaba a tomar un tono rojizo. Kuroo no pasó de alto aquello, ahora ya no solo soy "Tsukki" sino también "Rodolfo el reno". Este hombre estaba consciente de los apodos que daba y aún así lo decía sin importancia, realmente ya no estaba seguro con la idea, a veces que sea un acosador no se me va del todo.
-¿Quieres café o té?
Observé nuevamente el impacable lugar y respondí.
-Un té estaría bien.
Kuroo quizás no de la apariencia de un hombre ordenado, pero las palabras se te escapan al ver el lugar donde me encontraba. Podía jurar que ni mi madre lograba pisos tan limpios, y muebles sin polvo. Llegué hasta el punto de sentir vergüenza de mi mismo, mi habitación era un caos el día que Kuroo se quedó a dormir allí. Esto comenzaba a irritarme.
-¿Qué deseas hacer luego? -cuestionó el moreno, sirviéndome una taza de té-. Podríamos ver alguna película, o tal vez ir a comer algo.
-¿Qué haces usualmente en las navidades?
-Quedarme en casa, leyendo un libro o comiendo.
-Podriamos comer aquí adentro, y luego podríamos dar un paseo.
El sonrió, tímidamente.
-Me gusta como piensas, Tsukki.
Mi rostro tomó brevemente un color rojizo, lo cuál ocasionó que Kuroo suelte una gran carcajada.
-¡Eres un tomate puro!
-¡Cállate!
-Pero eres tierno cuando te sonrojas -canturreo alegre-. No es la primera vez que logro esto.
-Eres un idiota.
Odiaba esto, odiaba los estúpidos sentimientos que florecian en mi cuerpo, cada acción que realizaba Kuroo, cada mirada, cada palabra; era un jodido punto para lograr desbloquear esta rara parte de mí. Y no estaba bien, si esto seguía así temia en volverme un ser irracional, cegado por mis impulsos y tontos deseos.
Aparté mi rostro, totalmente sonrojado, y le di un sorbo a mi té, en aquel momento no estaba preparado para seguir observando a Kuroo-san.
No era un fanático de la comida rápida, pero cuando se trataba de dos hombres inexpertos en la cocina no había de otra. Habíamos ordenado un poco de pollo frito, sopa de rabano y unos refrescos, Kuroo insistió en beber alcohol pero mi sexto sentido me advertía lo riesgoso que podría llegar a ser el alcohol junto a él. Comimos más de lo que habíamos pensado, nuestros estómagos estaban por estallar pero eso no significaba que no me encontraba satisfecho por nuestra cena navideña improvisada. Realmente lo disfruté. Cuando las 12 llegó el moreno y yo nos colocamos nuestros abrigos y salimos a las calles de Tokio.
La noche era bastante agradable, con los diminutos copos de nieve cayendo lentamente sobre nosotros. Las luces navideñas brillaban en cada esquina, había muchas parejas de la mano, y muy pocos niños jugueteando. Grupos de amigos pasaban a veces por mi vista, y a pesar de la hermosa vista, por un momento me imaginé a un Kuroo en navidad si no nos hubieramos conocido, estaría en su departamento, sólo y sin poder apreciar lo hermoso de esta noche.
Repentinamente me sentí triste por él, y contento a la vez, mi compañía no era algo en vano, estaba acompañando a alguien solitario, estaba siendo eficiente, estaba haciendo feliz a Kuroo-san.
-Nunca me comentaste quien te gustaba -mencioné, de repente.
-¿Hum?
-En unas de mis cartas te dije que te podría arreglar una cita con Yachi-san, sin embargo, lo rechazaste porque alguien te gustaba ¿Quién es?
-Te dije que era bastante obvio.
-¿Cómo lo sabré yo? ¡Sólo te conozco mediante cartas! No estoy cada maldito día contigo como para saberlo.
-Ese es el punto.
Dejé de caminar.
-¿A que te refieres?
-Mira, es la Tokyo Tower ¿Lo quieres ver de nuevo? -prestó su mirada a la torre-. Vaya que es bonita.
-¡Kuroo-san, no te atrevas a cambiarme de tema!
Estaba furioso pero a la vez curioso ¿Porqué no me lo decía? ¿No era mejor saber a quien correspondía sus sentimientos antes de que los míos salgan lastimados? Si quería ser un ser irracional, dominado por mi impulsos y cegado por mis deseos preferiría que sea correspondido a que rechazado. No estaba seguro si sentir algo por un hombre se trataba de lo más normal, no estaba seguro si tener sentimientos por un extraño estaba bien pero estoy seguro de que me gusta Kuroo-san.
Me gusta. Él me gusta.
Kuroo soltó un bufido, mientras pasaba su mano sobre su rostro. Me fui acercando lentamente a su lado, para encontrarme con un rostro totalmente ruborizado, el moreno me sonrió.
-Eres tú, tonto.
Y me besó.
Kuroo-san me había besado.
N/a: ¡Espero que lo hayan disfrutado! Ahdhsjjws amé escribir este capítulo y espero que ustedes lo hayan amado leyéndolo. Acabo de iniciar la universidad, pero no se asusten, tengo algunos capítulos escritos pero si tardo en actualizar espero que comprendan ♡♡ Muchas gracias por los 4k ¡Estoy muy feliz! Nos leemos pronto ♡
Pd: hice un pequeño edit de como fue la cita ♡
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lo pongo aquí porque no quería que se spoileen jejeje ♡♡