Otro día, otro maldito día en el que tenia que alimentarme. Se que era estupido mi forma de actuar, pero no podía hacer nada tenía que hacer lo que estuviera en mis manos para gustarle a Hoseok.
Desde muy pequeño desarrolle un ligero problema, trastornos alimenticios solía leer en internet, y no lo dudaba. Siempre que podía evitaba la comida, y al ser alguien aficionado de la danza se me hacía más fácil perder peso.
Todo comenzó cuando me llamaron gordo, se lo comenté a Hoseok pero el solo me dijo que los ignorara.
Y eso hice.
Todo cambio cuando tenia unos 14 años, Hoseok tuvo su primer novio. Su nombre era Momo y era una chica extremadamente linda, de cabello rubio a el hombro, sonrisa encantadora y sobre todo;
Era demasiado delgada.
Hoseok me confesó varias veces que el cuerpo de ella le gustaba. Ella era su tipo ideal.
No yo.
Siempre fui delgado. Más sin embargo yo seguía diciendo que estaba gordo, obligándome a mi mente a tener pensamientos negativos sobre mi cuerpo y mi persona.
Hoseok,¿que tiene ella que no tenga yo?
Observo desde mi escondite, en medio de los árboles como Hoseok abrazaba a Bom por la cintura, sin poder evitarlo una lagrima todo por mi mejilla.
Siempre serían ellas, sobre mi.
Se que mi puesto en la vida de Hoseok era ser su mejor amigo, y nada más. Pero dolía, yo amaba a Hoseok. Tanto como el amaba el cuerpo de las chicas del colegio.
Sentí que alguien tocó mi hombro por lo que asustado giré, observando a mi compañero de Clases Park Jimin.
El cual sufría lo mismo que yo.
Un amor no correspondido
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