CAP - 2/1

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   Estaba agotada, tenía buena forma, pero Mark había estado entrenando el doble y me estaba poniendo a prueba. Me senté en el suelo y miré por la cristalera mientras me limpiaba el sudor de la frente. Los primeros rayos de luz empezaban a asomar. De repente sonó la puerta, miré a Mark quien me devolvió un sonrisa y me dijo "tengo que ir a atender". Asentí con la cabeza y busqué un reloj. Las 8:00. Recogí algunas pesas que habían quedado muy alejadas y me dirigí al mostrador. Allí estaba Ricky, una chica afroamericana con la que solía coincidir en el gimnasio. Éramos como "compañeras de deportes". Nos conocimos un día en un taller de boxeo, no había muchas mujeres y nosotras éramos las más jóvenes, nos pusieron en parejas y desde entonces solemos entrenar juntas.

   -Buenos días Zenda, hoy si que has madrugado.

   -Si bueno... me desperté antes y ya sabes que no puedo estar quieta- respondí con una sonrisa.

   Mark salió de una puerta de detrás del mostrador y le entregó un bote a Ricky.

   -Muchas gracias chico nuevo - me miró - ¿nos vemos ahora?

   Asentí con la cabeza y la vi marcharse por las escaleras.

   -Bueno "chico nuevo"- reí- qué te parece si me voy a casa y cuando termines el turno pasas a por mí y me pones al día.

   -Perfecto... canija, esta vez si vas a estar en casa ¿no? - asentí con la cabeza- pues podría ir a buscarte sobre las cuatro ¿te parece bien?

   -Claro.

   Me despedí y subí al vestuario. Ricky aun no se había cambiado, estaba intentando controlar su "pequeño nido" como ella llamaba a su pelo. Tiré mi toalla y mi botella en un banco y me senté.

   -¿Necesitas ayuda?- dije mientras lanzaba una zapatilla al suelo.

   -Tranquila... solo... necesito... ya casi... MIERDA LA GOMA...-se giró hacia mí. Le tendí uno de los coleteros que llevaba- gracias. ¿Entonces te vas ya?

   -Sí, llevo aquí más de una hora

   -Vaya, bueno... ¿con quien voy a entrenar ahora?- preguntó haciéndose la dramática.

   -Has visto a "chico nuevo" ¿no?, pues resulta que es un viejo amigo, si quieres le digo que entrene contigo...- sonreí con malicia - ya sabes... ¿no estabas buscando además un... príncipe azul? - reí.

   -Nada, nada. No es mi tipo.- ya se había cambiado mientras hablábamos - Además no necesito un príncipe azul que me rescate- rió- para eso ya estoy yo. Bueno nos vemos mañana.

   Se despidió y bajó. Me quedé sola y un escalofrío recorrió mi espalda, miré hacia las duchas pero no había nada, todo estaba tranquilo. Lo ignoré. Ya cambiada baje y me despedí de Mark, salí del gimnasio y me fui a mi casa.

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