summer

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*Verano pasado*

- Nathan, despierta, vístete. Rápido. - Me dijo mi padre a gritos.

- ¿Qué pasa? Son solo las 3 de la madrugada.

- Es tu madre, baja rápido.

Baje a toda prisa... ojalá nunca hubiese bajado. Ahí estaba mi madre, tirada en el suelo con un balazo en la cabeza y pistola en mano. No puedo describir como me sentía en ese momento. Después del entierro fuimos al hospital a ver que nos decían sobre la autopsía. 

Suicidio, se había suicidado.

Salí de allí corriendo, corrí sin ningún destino, esperando dejar todo atrás. No oía nada más a parte de mis pensamientos ''¿por qué se había suicidado?'' ¿por qué no se despidió?''. Corrí buscando dejar todo atrás, a todas las personas que quería, todo y cuanto tenía, pues sin mi madre no sabría enfrentarme al mundo cada mañana. Corría por huir de los problemas y solucionarlos. Corría porque a veces es más fácil huir de los problemas que afrontarlos.

*3 semanas después*

- Nathan, tienes que salir, no puedes estar ahí dentro siempre. Ha venido Hayley. - Dijo mi padre.

- Dile que se vaya. - Dije medio sollozando.

Hayley entró, puesto que nunca me hace caso. Cerró la puerta tras entrar.

- Nathan. -Dijo mientras venía hacía a mí y me abrazaba. - ¿Por qué tiemblas?

- ¿Por qué se fue sin despedirse? ¿qué hice mal? - Le pregunté con lágrimas en los ojos.

*******Punto de vista de Hayley*******

Al despegarme de él y ver sus lágrimas en sus ojos supe que estaba realmente destrozado, Nathan nunca lloraba, por nada. Tenía los ojos rojos. Bajé la mirada hasta sus brazos y no me creí lo que encontré en ellos. Tenía cortes por todos lados.

- ¿Nathan qué mierdas has hecho?

- Ayúdame. - Dijo mientras las lágrimas inundabas sus palabras.

*Actualmente*

Desperté en la enfermería. Estaba confuso.

- Vaya paliza te han pegado, ¿eh? - Dijo la enfermera sonriendo.

- Eso parece. - Intenté sonreír.

Salí de la enfermería con el pensamiento de irme a mi casa, pero al salir por la puerta recordé que tenía que ir a clase de economía ya que la semana siguiente tenía examen. Entré, y claro, ya había comenzado. Os podéis imaginar los insultos y las risas hacía mí. Bajé la cabeza y busqué el sitio más alejado de Lydia, ya que no podía mirarle a la cara. Bueno, no podía mirar a la cara a nadie. Mejor dicho, nadie podría mirarme a la cara.

Pasé toda la clase con la cabeza entre mis brazos, pensando en la cara de odio que me puso Hayley. Ella sabe que a la mínima que me hagan salto rápidamente. Pero claro, era su novio, y yo solo su amigo. Desde pequeños ella había sido la niña de mis ojos, por decirlo de alguna manera, cuidaba de ella a la par que ella me cuidaba. Pero parece que eso ha cambiado, ahora tiene a otra persona que cuidar, y parece ser, más importante.

Tocó el timbre y esperé un poco para salir. Resulta que Lydia también espero, y al salir chocamos. Y cómo no, tirándole las cosas al suelo. Perfecto. No podía ir peor el día. Me agaché para recogerle las cosas, a la vez que iba repitiendo lo siento.

- Lo siento, de veras. - Dije mientras me levantaba.

Me miró con cara de pena y siguió su camino, pero se paró, giró la cabeza y pude leer como en sus labios decía ''no pasa nada''. Volvió a girarse dirigiendose a ver a su novio.

Volviendo a casa, ví que en un bar buscaban camarero. Pensé que sería lo mejor buscar un trabajo, menos tiempo en casa, menos tiempo para pensar. Entré y me lo dieron. Empezaba al día siguiente. Sábado y trabajando, planazo, pensé.

Volví a casa y como siempre mi padre no estaba, me preparé la cena y cené viendo American Horror Story. Era viernes y mientras que la gente se iba de fiesta yo hacía un maratón de AHS. Empecé a tener sueño y miré el móvil por si Hayley me había llamado o por si me había mandado un mensaje. No era así.

Who I Am?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora