Songs

218 20 3
                                    

Sonó el despertador a las nueve. Un sábado. A las nueve. No me lo podía creer ni yo, pero coger un trabajo es lo que tenía. Me vestí con lo primero que pillé, pero al terminar recordé que tenía que ir con camisa blanca y pantalones negros. Perfecto, pantalones solo tenía pitillos, y zapatos muy formales no es que tenga. Me puse unas vans, los pitillos y una camisa que me regaló mi madre. Bajé a desayunar y encontré a mi padre.

- Ey, ¿qué haces despierto? - Me preguntó mi padre con cara de sorpresa.

- Voy a trabajar. Me han cogido en el bar que hay camino al instituto. - Respondí de mala manera.

- Sabes que no tienes que trabajar, si necesitas dinero yo te lo doy. Así podrías seguir tocando la guitarra como lo hacías antes, ya casi ni te escucho tocarla.

- Trabajo por gusto, no por necesidad. ¿Por qué me dices que siga tocando la guitarra? Si no me equivoco recuerdo tus gritos obligándome a parar. Era mamá a la que le gustaba oírme tocar, y ahora ella no está. - Dije con decepción.

Mi padre se levantó y al salir puso su mano en mi hombro.

- No eres el único que la echa de menos.

Seguí desayunando mientras pensaba en si debería seguir con la guitarra. Me gustaba tocar (y cantar) canciones de bandas que me gustan. Mi madre solía decir que lo hacía bastante bien, pero era mi madre, ¿qué va a decir?

Entré al trabajo y fui directo al encargado.

- Tienes que venir los viernes de 16:00 a 20:00. Los sabádos de 10:00 a 15:00 con descanso para comer. Y los domingos de 10:00 a 14:00. Si tienes algún problema para venir algún día cambia tu turno antes con alguno de ellos. Ese es Jordan, ella Chloe, el otro Tim y la otra chica Lindsey. Ahora ponte a trabajar.

Asentí con la cabeza mientras miraba a mis nuevos compañeros de trabajo. Jordan parecía divertido, y parece ser que era el gracioso del grupo. Tim tenía cara de buena persona. Chloe era una de las chicas más guapas que había visto en mi vida. Y Lindsey con sus pecas era muy adorable. Después de haber estado observando durante minutos una voz llamó mi atención.

- Eh tú, el nuevo, ponte a trabajar anda. Yo soy Jordan. - Me dijo sonriendo. 

- Yo Nathan, encantado.

- De momento limpia las mesas 5, 8, 19, 4 y después vienes.

Cogí el material para dirigirme a las mesas y la verdad es que estaba totalmente perdido, no sabía qué mesa era cual. Me paré y pregunté a Lindsey, ella me respondió muy amablemente. Limpié las tres de dentro y salí fuera para limpiar la 19. No podía ser verdad, al lado de la mesa estaban todos los del equipo de fútbol y sus novias, eso incluía a Hayley y Lydia. Pasé por al lado intentando que no me reconocieran, pero no fue así.

- Eh mirad, ese no es el chico al que pegamos una paliza el otro día. - Dijo uno.

Intenté disimular y seguí limpiando la mesa hasta que uno vino hacía mí y me tocó.

- ¿Qué quieres? - Le dije de malas maneras. Mientras que se lo decía ví que Hayley bajaba la cabeza, como si no quisiese que le viera. - ¿Qué Hayley, no quieres que sepan que somos amigos?

Hayley me miró y ví como su boca iba a pronunciar un ''no es eso'', pero el imbécil de su novio le interrumpió.

- Más quisieras que Hayley fuera tu amiga, perdedor.

Sonreí irónicamente y seguí limpiando. Al terminar tuve que pasar cerca de ellos cuando el novio de Lydia me puso la zancadilla. Y por supuesto, me caí. Perfecto, perfecto, pensé. No hay mejor manera para enamorar a Lydia que estar en el suelo cada dos por tres. Me levanté y seguí mi camino.

El encargado me encargó estar en el mostrador. Bueno, se ve que el día no podía ir a peor. Venía Lydia, se acercaba al mostrador.

- ¿Dónde se paga? - Me preguntó.

- Aquí. Son 15,60. - Respondí con un poco de inseguridad.

- Parece ser que siempre que estoy cerca tuya acabas en el suelo. - Me sonrió.

- Bueno, eso es culpa de tus amigos. - Dije con tono enfadado mientras le daba el cambio.

- Gracias. 

 

Terminé de trabajar y lo único bueno que podía sacar era el hecho de Jordan, Tim, Chloe y Lindsey eran bellísimas personas. Y bueno, que Lydia me había hablado de buenas maneras. Eso es un paso. Llegué a casa y me encerré en mi habitación. Cogí la guitarra y estuve toda la noche aprendiendo a tocar Do I Wanna Know? de Arctic Monkeys. Había olvidado lo bien que me sentía cantando y tocando. Tal vez porque la música es lo que siempre esta ahí, lo que nunca decepciona.

 

 

 

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Muchísimas gracias a los que leéis la historia. ¿Os gusta cómo va yendo? Si es que no, podéis dejarme recomendaciones, es mi primera fanfic así que no tengo mucha idea. ¿Qué os parece el comportamiento de Hayley? ¿Quéreis más momentos con Lydia? Mañana espera un capítulo interesante, y tal vez Nathan cante en público. Gracias por leer!!

Who I Am?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora