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⟪ 𝗕𝗔𝗖𝗞 𝗧𝗢 𝗕𝗘𝗔𝗖𝗢𝗡 𝗛𝗜𝗟𝗟𝗦 ⟫

Mis pensamientos corrían a mil por hora entre el nerviosismo, la felicidad y el futuro que me prometía este momento de mi vida. Esas emociones y pensamientos sobre lo me que traería el mañana era lo que colmaba mi cabeza mientras llamaban mi nombre para recibir mi diploma.

Estaba funcionando en automático. La sonrisa dibujada en mi rostro hacia Sylvie Morrell, mi profesora de psicología social, ponía en evidencia mi felicidad y gratitud hacia ella, sus palabras de aliento y la confianza que había depositado en mí a lo largo de mi tiempo en la universidad. Su presencia había tenido un gran impacto en mi vida estudiantil.

Al bajar del escenario, mis ojos recorrían la explanada donde la ceremonia se celebraba buscando a mi familia en el público. Me tomó un momento, pero mi sonrisa se ensanchó en cuanto los reconocí. Sentí como mi corazón se me aceleraba al ver sus sonrisas y solo quería que la ceremonia terminara ya para correr hacia ellos.

Cerca de una hora después lanzamos al aire nuestros birretes. Rápidamente Kade y yo nos estrechamos en un abrazo en el que nos dejábamos el corazón.

—¡Nos graduamos! —exclamé riendo mientras me daba una vuelta en el aire.

—Ahora, la vida real —dijo, exagerando una mueca de asco—. Mira, ahí viene tu mamá y tu hermano. Les daré un momento.

Asentí, viéndolo alejarse un poco antes de reenfocarme en mi familia. Scott me levantó del suelo, dándome un abrazo en el que competíamos por cuál de los dos podía ofrecerle más calidez al otro. Gracias a sus poderes sobrenaturales no fue difícil perder contra él, aun así, reí feliz al poder enrollarlo entre mis brazos. Incluso en un momento así, noté cómo poco a poco iba perdiendo su aspecto tierno y despistado. Se convertía en un adolescente, un joven adulto y no pude evitar abrazarlo de nuevo, dejando un beso en su sien mientras pensaba en el niño que fue en algún momento. Definitivamente mi cerebro estaba jugando a querer hacerme llorar.

—Scotty, ¿me extrañaste? —pregunté, acunando su rostro con una sonrisa nostálgica. Dios, lo había visto en las vacaciones de navidad y por videollamadas, pero tenerlo frente a mí me ponía mucho más sentimental.

—No —respondió, riéndose del cambio drástico en mi expresión. Golpeé su hombro, agradecida de que fingiera que le había causado algo para no lastimar mi orgullo.

Scott me dejó ir y, en cuestión de segundos, mi mamá me rodeó con sus brazos. Ambas nos estrujamos con tanta fuerza que parecía que podríamos habernos quebrado la una a la otra, recosté mi cabeza en su hombro sintiéndome en una paz que solo era posible recibir de ella.

—Felicidades, Jess —susurró en mi oído—. Estoy muy orgullosa de ti.

—Te amo, mamá. Gracias por todo lo que has hecho por mí —murmuré con un nudo en la garganta.

Mi cerebro estaba tan comprometido a quebrarme que empezó a reproducir momentos que marcaron mi vida mientras mi mamá presionaba un beso en mi frente. Mi mente me trasladó al divorcio de mis padres, a mi mamá trabajando incansablemente por mi hermano y por mí, a las tardes cuidando a Scott y sus amigos, al recibir mi carta de aceptación de la universidad y al conocer a Kade.

El sonido del clic de la cámara de mi hermano resonó en mis oídos sacándome de mi viaje al pasado, me separé de mi mamá con una sonrisa y observé a Scott revisando la fotografía que había tomado.

—Ven, ahora quiero una foto contigo, Scotty —dije, haciéndole una seña para que se acercara.

Él le pasó la cámara a nuestra mamá y se paró a mi lado, rodeándome con su brazo. Besé su mejilla haciéndolo sonreír hasta el punto de que sus ojos se volvieron dos medialunas. Mamá hizo clic en el botón de la cámara y se la dio a mi hermano para que revisara el resultado.

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⏰ Última actualización: Mar 18 ⏰

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UNBREAKABLE [ D. HALE ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora