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—Es tú culpa. —Susurró Harry.

—¿Mi culpa?

—Por supuesto, ¡No me detuviste!

—Oh no. Ya vas a empezar. -Rodó los ojos.

Draco se puso la túnica, mientras esperaba que Harry terminara de vestirse. Cuando el Gryffindor ya se encontró listo, caminaron hacia el comedor para el desayuno, aunque en realidad iban corriendo, pues cierta persona amaba la comida.

Antes de llegar a la puerta se separaron, Harry camino hacia la mesa de los leones y Draco a la de las serpientes.

—Harry tenemos que hablar. —Dijo Ginny

—¿Hablar? —Preguntó sonriendo nervioso.

—¿Cómo puedes estar alguien y no decirme? —Preguntó con indignación.

—¿Qué? —Realmente no se esperaba aquella reacción por parte de Ginny, en realidad era algo sorprendente pero reconfortante.

Las clases transcurrían habitualmente y Harry estaba harto de tantas cosas que estudiar, claramente si no hacía sus tareas Hermione y Draco lo atacarían diciéndole "Tu futuro esta en juego", pero por favor. En estos momentos solo quería hibernar. Como un osito.

Pero realmente aquellos momentos de paz o momentos de mitad de paz, no son cosas de Harry Potter.
A la hora del almuerzo, las miradas de casi la mayoría de los alumnos estaban posadas sobre el Gryffindor. Por un momento Harry creyó que verlo comer demasiado si era algo para mirar y asombrarse. Luego las miradas le comenzaron a incomodar, acto de ello se acomodo en donde estaba sentado, también pasando una mano por su cabello, ¿Acaso tenía algo? Miró disimuladamente a sus amigos, luego a Draco. Realmente no entendía la actitud de los chicos.

—Hola, Harry. —Oyó una voz detrás de él, se ladeó para encontrarse con Luna, quien parecía tener una sonrisa mucho más grande que de lo habitual. —Felicitaciones por tu embarazo.

Los ojos verdes de Harry parecían haberse abierto demasiado. Eso era imposible, casi nadie sabía eso, no hasta el momento.

—¿C-Cómo? —Preguntó nervioso, tal vez y había escuchado mal.

Luego un Hufflepuff también se acercó.

—Felicitaciones Harry Potter, serás un gran padre... O madre. —Dijo un poco confundido para luego sonreír. A esas alturas el gran comedor estaba en un silencio sorprendente.

Draco desde su mesa trataba de recuperar la compostura, había escupido lo que había bebido.

—¡De seguro el padre es un valeroso Gryffindor, como Potter! —Gritó con entusiasmo una chica de la mesa de Harry, sonriendo.

—No. El padre de ese bebé es un inteligente Ravenclaw. —Dijo muy seguro un chico de la mesa de las águilas.

—¡En absoluto es un tierno Hufflepuff! —Gritó con entusiasmo una chica de los tejones.

Hermione miró aturdida su alrededor y algo asustada a Harry. Ron sentía que posiblemente era el comienzo del caos más grande en Hogwarts después de la guerra. Y los profesores tan solo miraban expectantes.

—¿Le están poniendo padre a mi bebé? —Preguntó para si mismo Potter.—Espera, ¿Qué rayos pasa aquí?

—Lamentablemente. —Habló una voz muy conocida para el trío de oro, y para todos en realidad. Los ojos verdes de Potter miraron con sorpresa a Malfoy, quien estaba de pie.—Están equivocados. El padre es un elegante, inteligente, astuto y sobre todo muy apuesto, Slytherin. —Sonrió.

El gritó de desconcierto por parte de los alumnos dejo medio sordos a todos. Muchos Slytherin miraron con impacto al que era el príncipe de su casa. La mayoría de los alumnos que habían estado sonriendo con entusiasmo por la particular noticia, ahora tenían una cara de desconcierto mirando a Harry Potter para luego mirar a Draco Malfoy. Es que eso realmente era imposible.

—¡¿Van a tener un hijo y no me lo dijeron?! —Preguntó con indignación Ginny. Aquella pregunta aliviano un poco el ambiente.

Pero era realmente inevitable no pararse a mirar fijamente al héroe del mundo mágico, porque aparte de embarazado, el impacto mayor se lo llevaba el padre de la criatura, Malfoy. ¡Una serpiente! Y no cualquiera, si no el chico que le había jurado odio eterno a Potter.

Entre los Slytherin hubo una actitud sorprendente. Pues, parecían orgullosos de saber que Draco había sido muy rápido respecto a darle la semilla a Potter. Además parecían más alerta al Gryffindor. Como si de repente la sola idea de que Harry se arriesgara a salir sin bufanda fuera el fin del mundo. Tal vez si lo sería para Draco.

Pero en realidad para ser sinceros, todos los alumnos estaban así. Y eso que tan solo habían pasado unas horas desde que la noticia volase pero en parte era bueno, Draco y Harry podían estar cerca sin sentirse tan incómodos.

—Fue Rita Skeeter quien lo divulgó. —Dijo Hermione, estaban sentados en una mesa de la biblioteca. —No sé como se entero pero, Harry. Es evidente que en estos momentos casi medio mundo mágico sabe de tu embarazo.

—Oh no. —Cerró los ojos Harry, llevando sus manos a su cabeza. Draco lo miró un momento, probablemente todo esto haría que Potter tuviera más cambios de humor.

—Harry Potter. —Dijo alguien a las espaldas del chico, el Gryffindor dio media vuelta. Ahora que lo notaba la biblioteca estaba más llena.

—¿Qué sucede? —Preguntó curioso al niño de Gryffindor de primer año.

—¿Cómo le puso Draco Malfoy el bebé en su barriga ? —Preguntó con ojitos expectantes.

—Yo... Bueno, la verdad es que. —Harry buscó la mirada de alguno de su amigos pero tan solo recibió miradas burlonas, y ni hablar las de Malfoy y sus amigos.

—Todo mundo sabe que fue por un abrazo. —Habló un niño de Hufflepuff, colándose a la charla.

—¿Un abrazo? —Harry parecía divertido con aquella situación. De hecho había una sonrisa en su rostro.

—¿No era por una semilla? —Preguntó confundido el Gryffindor pequeño.

—Están equivocados. —Esa voz provenía de otro niño, de un Ravenclaw. —Fue porque Draco Malfoy le dio... La esencia de él, la cual viajó por Harry Potter, llegando así a su ¿vientre? —Alzó una ceja.—El espermatozoide ganador, dando así creación al feto que tras unos meses se transformará en bebé.

El Gryffindor y el Hufflepuff parecían confundidos, en cambio Harry estaba con un sonrojo en sus mejillas.

—¡Pero que lentos son! —Dijo exasperado y harto un niño de... Slytherin. —Simplemente Malfoy le dio duro a Potter.

—¡¿Lo golpeó?! —Exclamó asustado el Hufflepuff.

—Realmente no creo que sea golpear. —Pensó el Gryffindor. — Aunque dar duro... Ay. ¿Golpear?

Y el niño de Ravenclaw simplemente se asombro de la lentitud, y.... Inocencia de los niños.

Mientras que Harry cada vez parecía más rojo y con ganas de salir corriendo.

—Tuvieron sexo, ¡sexo! —Dijo el Slytherin. Draco trató de esconderse en alguna parte, algunos lo miraban fijamente. — ¿No saben lo que es? Malfoy le abrió las piernas a Potter y le metió el pen..

—¡No! ¡Calla, calla, calla! —Exclamó de prisa Harry más rojo que nunca.

Eso fue suficiente para traumar a los niños de Gryffindor y Hufflepuff.

—Tenía que ser un Slytherin. —Susurró Ron.

—Así somos, Weasley. —Dijo con una sonrisa Blaise. Aunque le había costado sonreír.

Todo al hecho de que, recordando parece irreal pensar que años atrás soltaba con tanta acidez comentarios de odio hacia traidores de la sangre, muggles y mestizos. Los odiaba, y su malicia se había alzado como la doctrina perfecta de todos los hijos de familia sangre pura, que creían en una ideología purista, que finalmente acabo en una masacre. Zabini sabe que ese es su pasado, pero también sabe que no quiere volver a el nunca más.

Serpiente En Apuros. |1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora