Rachel a estado muy extraña en esta última semana. Está más callada de lo normal. Y se pasa casi todo el día enxcerrada en su habitacion. Pero creo que solo yo me ehe dado cuenta. Jaime y Garfield están siempre muy ocupados con su PS4 y más y Kori y Grayson están demasiados ocupados haciéndose carantoñas. Más ahora que que viven juntos fuera de la torre.
Esos toques de nudillos no respondidos a su puerta o esas cortas palabra de despedida ayudan a mi hipótesis.
Sin pensármelo muy bien, entro en el lobby común inseguro. Hace unos minutos la ví allí leyendo. Realmente me extrañó esto, así que tengo que aprovechar la inusual oportunidad y entro firme intentando no ponerme como un tomate.
-¿Raven? - pregunto con voz fría sentandome en el lugar libre del sofá a su derecha.
Aparta la cabeza del libro y arruga un poco la nariz levantando una ceja. Me encanta cuando hace eso... ¿pero qué...?
-¿Qué quieres?
-Has estado más rara últimamente.¿Te pasa algo? - voy al grano.
-No. - vuelve la cabeza al libro. Realmente está incómoda.
Ruedo los ojos con disimulo. Me esperaba esa respuesta. Cómo no. Es Rachel.
-Eres muy mala mintiendo....- aparto también la vista y me recuesto en el sofá con los brazos cruzados.
Veo como me mira de reojo claramente molesta para volver de nuevo a su libro.
-No miento. - dice seca.
Giro la cabeza hacia ella.
-Rachel. Últimamente estás mas silenciosa y no sales de tu habitación. Es evidente que te pasa algo.
Me sale como una regañina.
Un silencio imploroso se cuela entre nosotros varios minuto de miradas clavadas el uno con el otro hasta que me sobresalto cuando Rachel se levanta mosqueada y cierra el libro de golpe para mirarme intensamente.
-Vaya, ¿desde cuándo te interesas por alguién que no seas tú, Damian?
Su tono furioso me sorprende. Siempre está calmada y en paz. Todo lo contrario a ahora.
Aprieto los puños e intento no perder los estribos mientras da unos pasos nerviosa.
Raven resopla con fuerza.
-Lo siento, niño rico, pero no es tu problema.
Y dicho esto se aleja por el pasillo dejándome ahí atontado.
¿A qué venían tantas preguntas? ¿Desde cuándo el chico pájaro se interesaba por algo? ¿O por alguién? Y sobre todo por mí. La niña bruja, según él.
En verdad me siento algo mal por haberle hablado así. Él solo quería saber si estaba bien. Solo me sorprendí viendo que eso venía de Damian. El chico"yo trabajo solo" y "no tengo sentimientos".
Dejo d edarle vueltas y salgo de mi habitacioncon sigilo. Seguramente si alguien me pilla allí a las doce y media de la noche empezará un interrogatorio.
Decido llamar a la puerta de Damian. Conociéndolo aún seguirá despierto. Ha habido noches en las que he escuchado desde mi habitación el leve ruido de la espada cortando el aire, y esa vez solo eran las una y media d ela madrugada.
Oigo como el ruido de los cortes de la espada cesan y unos pasos sigilosos se acercan a la puerta. Un Damian notablemente acalorado con su ropa de civil y los brazos cruzados, claramente mosqueado, se para frente a mí.
-¿Qué quieres?
Su voz suena helada y seca al mismo tiempo.
-Si-... siento haberte evitado así...Es que estoy días he estado más ocupada que de costumbre. Solo es estrés. Lo siento - le explico intentando ponerme firme.
Veo como Robin cmabia su semblante a uno más relajado.
-No ha sido culpa tuya. No he debido meterme. ¿Ocupada...?
Da un paso hacia adelante formulando una sonrisa y cierra con un pie la puerta tras de sí sin apartar la vista de mis ojos.
-Sí.
-¿En qué...? - pregunta esbozando una sonrisilla divertida dando otro paso hacia delante. Quiere ponerme el incómoda. Y ,maldita sea, lo está consiguiendo.
-En cosas.
Intento mantener la cospostura y le sigo el rollo a su jueguecito. Ésta vez soy yo quién da un paos hacia él, apuesto lo que sea a qué si nos hubiéramos inclinado jhacia delante unos centímetros nuestros labios se habrían... ¡¿pero qué demonios estoy pensando...?!
Y lo consigo. Puedo ver como su expresión cambia a una de nerviosismo.
No puedo evitar sonreír por dentro al aguarle su fiesta.
-Vaya. Cosas... -murmura disimulando relamiendose la comisura d elos labios y apratando la cabeza retrocediendo un poco.
-Sí. ¿Aceptas?
Logro confundirle. Se siente tan bien.
Me mira arqueando una ceja.
-¿Aceptar...? -susurra descruzando los brazos.
-Las disculpas... -me inclino hacia delante ahora cruzada yo de brazos.
-Ah. Sí, claro...
Asiento con la cabeza y me giro sobre los talones para retirarme de nuevo a mi habitación.
Por el rabillo del ojo puedo ver como Damian suspira con una pequeña sonrisa en los labios y vuelve a su habitación.
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TRAICIÓN
Fiksi Penggemar"No podría matarte. Pero no lo impediría si alguien lo hiciese... "