¡Hey! Regresame mi cuerpo

Capítulo 3.

El cielo aquella mañana brillaba con esplendor. La casa de los bangtan tenía ese suave aroma a café recién hecho, el mayor y el líder, miraban curiosamente el techo de la primera planta, esperando un minuto para ser exacto.

—Tres... Dos... Uno...—suspiró Namjoon.

El denso ruido de algo pesado golpear contra el suelo, luego así escuchar el grito ahogado del maknae. Jin rió, mientras el lider negaba tranquilamente sorbiendo de su café.

—Ha paso más de una semana y sigue despertando igual—suspiró Jin.

—Jaebum me ha llamado, Yugyeom tomo la misma actitud—inquirió el Kim. Ambos suspiraron negando.

Siguieron con su desayuno, esperando al menor de la casa, tras unos minutos lo vieron bajar. Sentándose junto Namjoon, frente a su hyung. Con las mejillas levemente sonrojadas, el mayor de ellos suspiró colocándose de pie. Mientras se acercaba a el y cepillaba con sus manos el acaramelado cabello del menor. Jungkook no dijo nada.

—¿No te has hecho daño?—se escuchó a Namjoon.

—¿Eh?—murmuró el maknae.

—Te has caído de la cama, ¿no?—lo miró a los ojos. —El golpe se escuchó fuerte, ¿te has hecho daño?—volvió a cuestionar.

—No—murmuró el menor.

—Te has comportado muy extraño, Kookie—suspiró Jin. —¿Pasa algo que nos quieras decir?—cuestionó.

—N...—fue interrumpido.

—¿Alguna nueva pelea con el poste?—sonrió burlón el líder de bts.

—Yo...—el maknae negó.

Se apresuró a desayunar, tratando de comportarse tranquilamente, tras unos minutos se coloco de pie, despidiéndose con la mano de sus "padres", corrió hacia la salida ante la voz de Seokjin. Suspiró ya fuera, frunció el ceño, llevando su mano a su cabello y acomodarlo.

—Tengo que hablar con...—sintió ser rodeado por unos brazos. —¿Que rayos?—gruñó.

Su mirada viajo a su lado, observando a aquel tailandés sonreírle con tanta alegría, una alegría que brillaba incluso en sus ojos, el menor frunció el ceño, empujando al mayor, el cual le miró con una ceja en alto.

—Aléjate de mi, Bambie—gruñó el maknae de bts.

—¿Kookie...?—murmuró el extranjero.

—Buenos días...—escucharon.

La castaña mirada del chico viajo al rubio que llegó a su lado. Alzó una ceja en alto al verlo, bien vestido, usando el uniforme escolar tan implacablemente. La risa suelta del tailandés se escuchó, siendo ignorada por ambos jóvenes, los cuales se miraban con tal intensidad. Que la escandalosa risa de su amigo solo sonaba de fondo.

—Yugy...—el rubio fue interrumpido.

—¿Ustedes dos están bien?—preguntó Bambam mirándolos.

—Si, Bam... Bambam—asintió el maknae de oro. —Yugyeom—llamó con tranquilidad, mirando al rubio.—Debemos hablar más tarde—inquirió.

—Entiendo—asintió Yug.

Bambam miró extrañado a aquellos dos, más los ignoro por completo, llegando al frente de la escuela, mirando del otro lado a sus compañeros, era la primera vez que sus amigos asistían al instituto tras el accidente. Incluso ninguno de los dos había aceptado visita alguna.

—Nos esperan—señalo el tailandés. Miró a ambos jóvenes. —Vamos—inquirió.

Los tomo ambos en un abrazo, mirando el semáforo antes de poder cruzar la calle, extrañamente ninguno de los dos dijo nada, ninguno se había quejado, se habían dejado ser.

—¡Kookie!—se escuchó el chillido de varios jóvenes.

Ambos chicos de Got7 observaron a seis chicos apresurarse contra su amigo, envolviéndolo en un abrazo. El rubio observo el cuerpo de la chico tensarse, sin siquiera corresponder el abrazo, observó como los castaños ojos del Jeon pararon sobre los suyos.

Supo al instante lo que quiso decirle con la mirada. ¿Qué hago? El chico negó levemente, mientras con las manos le hacia señas para tranquilizarla. Sin más el maknae de Bts se dejó rodear por los brazos de aquellos jóvenes.

—Kookie ...—escucharon.

Y tras llevar su mirada nuevamente al rubio, sus avellanos ojos se abrieron llenos de sorpresa y terror al ver SU cuerpo empujar a aquel chico, haciéndolo caer contra el suelo. Mientras el ceño fruncido del chico marcaba la ferocidad y enojo que tenía en aquel momento.

—¿¡Que mierda crees que haces!?—gruñó el castañó.