Parte 3

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Finalmente llego el día tan esperado para ir a ver a Derek.

Era sábado, las once de la mañana. Salté de la cama para vestirme rápidamente, lavarme la cara, ir a desayunar con prisas y salir de casa para ir a la de Scott a la velocidad del rayo.

La verdad es que estaba muy nervioso y no dejaba de pensar en que a lo mejor Derek me correspondía, pero era una posibilidad remota. Aún así, yo no perdía la esperanza.

Entré en casa de Scott con las copias que hice a escondidas. Me crucé con Melissa por el pasillo, pero ella me dio los buenos días como si fuera normal que yo le colara en su casa. Ah, espera. Es que eso lo hago siempre, así que si, es normal.

Me dirigí a la habitación de mi amigo y empecé a zarandearlo de un lado a otro.

— ¡Scott, pedazo de vago! ¡Despierta!

El chico abrió los ojos como si acabara de despertar de una pesadilla.

— ¿¡Qué demonios, Stiles!?

— Me dijiste que hoy iríamos al loft para hablar con Derek.

— Si, joder. Pero por la tarde. — Volvió a taparse con las sábanas, aunque yo estaba tirando de ellas para que se levantara de la cama de una vez.

— Pero es que no sé cómo voy a decírselo y necesito que me ayudes. Vamos, Scott, por favor. Te lo pido. — Dejé de estirar de las sábanas, esperando a que el contrario asintiera.

— Maldita sea. Esta bien. — Se destapó de mala manera y me miró con el ceño bien fruncido, pero esa expresión le duró bien poco cuando vio mi cara de desesperación total. — ¿Tanto te cuesta comunicarte con él?

Sonreí tímido ante la pregunta; esa fue mi única respuesta.

— Wow, pues si que estás enamorado de verdad. Nunca he visto como un Stiles hiperactivo, irritante y un tanto parlanchín que se quede mudo ante alguien, sea quien sea.

— Bueno, tampoco es que lo vayas a ver. Solo quiero que me acompañes hasta el loft y me esperes en el Jeep. — Me crucé de brazos. — Bueno, va — le di una palmada en la rodilla — levántate ya, anda. Te espero abajo.

Dicho esto, dejé que el nuevo alfa se despertara del todo con calma, mientras yo me dispuse a ir a la cocina y hablar con Melissa para pasar el rato muerto.
Cuando finalmente el chico bajó, me fui corriendo a su lado nuevamente mientras este se ponía a desayunar.

— ¿Te parece bien si vamos algún lado en mi coche y de paso hablamos con privacidad? — Señalé a la madre de mi amigo. Se había tomado el día libre, así que no iba a ponerme a hablar de mis cosas privadas mientras ella merodeaba por la casa.

— Justo estaba pensando en eso. — Dijo, Scott mientras se terminaba la leche.

— Genial. Y, oye. ¿Aún sigues comiendo esos cereales de miel? — Pregunté mirando la caja de estos. Odiaba esos cereales, la verdad.

— Sí y para tu información, hacen que la leche esté más rica.

— Al contrario. Hacen que la leche sepa asquerosa, como si hubieras metido la lengua en un panel de abejas vacío para saborear la miel. — Scott se echó a reír. No sé si porque lo que dije sonó completamente mal o porque siempre estaba igual con ese desayuno. Tal vez ambas cosas.

— Bueno, vámonos ya, Stilescito.

— ¿''Stilescito''? — Me agarró de la manga, tirando de ella para que saliera ya a la calle con él.

— ¡Nos vamos, mamá! — Gritó conmigo ya fuera de la casa, dirigiéndose al Jeep después de cerrar la puerta.

— ¿''Stilescito''? ¿En serio? — Repetí mientras me subía al coche, arrancando este y dirigiéndome a algún lugar perdido, algún sitio donde estuviéramos a solas para poder hablar con calma hasta la hora de ir a ver al hombre lobo que tanto amaba.

— Sí, Stilescito. ¿Te molesta?

— No, pero es raro que me llames así. Más bien, suena raro.

— Si prefieres te llamo ''humano fácilmente rompible''. — Intentaba picarme, como siempre.

— Pensándolo mejor, prefiero que me llames ''Stilescito''.

Ambos nos pusimos a reír como tontos.

Fue raro, porque en aquél momento que se creó silencio me puse a pensar como habría sido si yo no me hubiera enamorado de Derek. ¿Aún me gustaría Lydia? ¿Me habría acabado enamorando de Scott al cabo del tiempo? ¿Tal vez estaría con Malia? Habían miles de posibilidades.

— ¿Le das vueltas a lo de Derek? — Preguntó Scott en cuanto aparqué en el bosque. Sí, el bosque. No sabía adonde ir, así que...

— No. O sea, si, pero no concretamente solo él. — Tenía la vista fija en mis manos, las cuales estaban apoyadas sobre el volante.

— ¿Puedo saber qué piensas?

Le dije que si y le expliqué todo lo que estuve pensando por el camino. Fue raro, pues cuando le dije que podría estar enamorado de él, no me hizo ningún feo, ni nada por el estilo.

— Bueno, sabiendo que eres fiel a tu amor, podrías seguir colado por Lydia, pero no es el caso. También podrías estar saliendo con Malia, pero de todas formas, acabaríais cortando y no lo digo a mal.

— Tranquilo, te entiendo. Yo también lo creo. — Luego dejé que siguiera hablando.

— Y sobre estar enamorado de mi... No lo veo tan terrible ni mal. — Se encogió de hombros. — Podrías estar enamorado de mi o yo de ti, o ambos podríamos estar enamorados del uno y del otro. Piénsalo: siempre estamos juntos, somos mejores amigos desde niños, vamos donde el otro vaya siempre. No es tan raro que uno desarrollara ese tipo de sentimientos, ¿no crees?

— Me dejas sorprendido Scott. Creo que te sale humo de la cabeza de tanto pensar. — Puse una mano en su frente y empecé a reír. — Creo que tienes fiebre.

— Pero si eres tu quien ha reflexionado sobre eso, idiota. — Dijo entre risas mientras me apartaba la mano de su frente. — Solo opino y digo que no sería raro.

*     *     *

Después de pasar de ese tema al principal, al que verdaderamente importaba, Scott me dijo varias veces que estuviera relajado. Pasamos rato hablando y ''ensayando'' lo que le iba a decir a Derek, hasta que se nos hizo tarde. Le envié al un mensaje de si estaba en el loft. Respondió enseguida con una respuesta afirmativa.

Volví a arrancar el Jeep, dirigiéndome al loft del ex alfa acompañado de Scott.

— Oye, espérame aquí, ¿vale? No creo que tarde. Será decírselo y volver.

— No hay problema. Tómate todo el tiempo que necesites, Stiles. Sabes que estaré aquí cuando vuelvas.

— Está bien. Y gracias. — Dicho eso, me fui rápidamente hacía el edificio.

Una vez dentro, abrí la puerta del loft con cuidado por si andaba Peter cerca o cualquier otra persona o cualquier Isaac cotilla Lahey.

Al ver que no estaban ninguno de los dos, pregunté:

— ¿... Derek...?

STEREK: Un Deseo EgoístaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora